Producir hortalizas y frutas es tan solo la oportunidad para evitar la hambruna en las comunidades de la zona sur.
Esta propuesta ha sido promovida por las autoridades de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La iniciativa además ha contado con socios solidarios como la Fundación Agrolíbano a través de alianza para promover la siembra de verduras en comunidades como El Tamarindo y La Sábila.
Ian Cherrett, representante de la FAO, dijo que las familias han comenzado a aprender a manejar los huertos familiares.
Se les incentiva además para que la población genere cosechas libres de químicos.
La alianza con la organización sin fines de lucro nos permitirá contar con expertos que capacitarán a los habitantes para generar cosechas más saludables.
En total se beneficiarán cinco comunidades de diferentes sectores de Valle y Choluteca. También se analiza apoyarles para la crianza de gallinas.
Como proyecto piloto se inició con un huerto escolar en el centro educativo Francisco Morazán, en la comunidad de El Tamarindo.
“Lo que se busca es que este huerto escolar sea autosostenible y que genere ganancias para la institución educativa”, dijo Cherrett.
Según Pamela Molina, presidenta de Fundación Agrolíbano, dijo que con la FAO se trabajará de forma mancomunada en las comunidades que se han seleccionado por la pobreza en que residen sus habitantes.
La siembra de maíz es una de las actividades que se impulsarán ya que forma parte de la dieta diaria de los hondureños. Otros de los cultivos serán de yuca, camote, plátano, tomate, pepino, chile dulce y el repollo.
Las siembras se realizarán con apoyo de la tecnología que utiliza Agrolíbano como los biorreguladores.
Con estos proyectos, aparte de que se obtendrá alimentos para los núcleos familiares, también se generarán ganancias al momento de comercializarlos. “Nosotros creemos que no pueden haber empresas exitosas en comunidades pobres”, agregó Molina.