TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Su collar sujetado a la cadena le impide avanzar, los movimientos del peludo amigo son de un lado hacia el otro, denota inquietud por ser liberado para olfatear las cinco maletas que están separadas, su objetivo es encontrar una bolsa de droga oculta.
El guía del intranquilo animal de cuatro patas, Edwin Amaya, quien forma parte de la Policía Militar, lo suelta, enseguida corre y empieza a olfatear las cosas del suelo; en menos de 10 segundos ladra sin cesar, luego se sienta y da señal de haber culminado su misión, como recompensa obtiene su apreciada pelota verde con cuerda, su juguete favorito.
Ranger es su nombre, un aguerrido, inteligente, y alegre ejemplar canino de 28 kilos de peso, pelaje brillante negro, que combina con el chaleco que porta en cada operativo de rastreo de narcóticos, papel moneda, armas de fuego, municiones, explosivos y hasta la localización de restos humanos.
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Ranger forma parte de los 150 perros oficiales del primer Batallón Canino de la Policía Militar del Orden Público.
Sin embargo, Ranger es único en el plantel, en el sentido que no pertenece a ninguna de las razas de sus compañeros, como ser el pastor belga malinois, pastor belga checo, pastor belga alemán, pastor belga holandés, labrador y golden retriever.
Ranger es un mestizo, lo que no ha sido ningún obstáculo para realizar su trabajo como lo hacen sus otros compañeros de casta.
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Historia de Ranger
Los instintos de este hiperactivo animal hizo que los inspectores del Batallón Canino lo adiestraran, este can no se perdía ninguna de las prácticas diarias de los miembros del plantel, en ese entonces era un perro callejero.
Muchas veces le lanzaron palos o piedras para espantarlo, pero Ranger no corría para abandonar el lugar, al contrario, iba por los objetos lanzados y se los llevaba a los oficiales, por lo que les llamó la atención.
El comandante que en paz descanse, Marco Antonio Argueta, autorizó que se le realizaran las pruebas médicas como las de práctica para que fuera seleccionado. Los oficiales previamente consultaron si el amigo de cuatro patas tenía dueño, pero nadie respondió por él.
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Hace dos meses Ranger junto a su guía Amaya aprobaron el curso de 16 semanas y hasta lograron posicionarse entre los tres primeros lugares.
Ya es parte de los operativos oficiales y los resultados son admirables a pesar del poco tiempo que tiene como perro policía, demostrando que la valentía no es un tema de raza.
También aclararon que los animales no son drogados en las prácticas, solo asocian el olor a los objetos junto a su juguete preferido y durante las operaciones esa es su misión, encontrarlo y por esa razón al final se los dan como recompensa.
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