Tegucigalpa, Honduras.- La primera fase de la remodelación de la cocina del Hospital Escuela (HE) está en su etapa final, con un avance del 98%.
Este proyecto, que requiere una inversión de más de 10 millones de lempiras, no solo modernizará las instalaciones, sino que también busca optimizar la calidad y seguridad de los alimentos servidos a los pacientes, siendo una parte fundamental de su recuperación.
Las obras, financiadas con fondos propios del establecimiento y supervisadas por la Fundación de Apoyo del Hospital Escuela, incluyen importantes mejoras.
Miguel Osorio, portavoz del HE, detalló que esta primera fase se centra en el área de preparación y cocción de alimentos.
“Estamos por finalizar las obras de remodelación de la primera fase, donde será el área para la preparación y cocción de alimentos”, indicó Osorio.
La intervención en esta fase de la cocina incluyó un aumento del 45% en la capacidad del sistema eléctrico, la instalación de trampas para manejo de grasas, acabados que mejoran la asepsia, sistemas de inyección y extracción de aire, y un piso moderno antiderrapante, garantizando condiciones óptimas para la seguridad y salud de los pacientes.
Una vez equipada el área de preparación y cocción, comenzará la segunda etapa de remodelación, que incluirá las áreas de corte y almacenamiento de carnes, verduras y otros alimentos esenciales para las dietas hospitalarias.
Esta transformación integral busca convertir la alimentación en un aspecto clave de la atención al paciente, proporcionando menús personalizados y asegurando que quienes dependen de la comida hospitalaria tengan acceso a una nutrición adecuada.
Virginia Izaguirre, jefa de alimentación y dietética, detalló que cada día el equipo de cocina prepara cerca de 3,000 platillos, entre dietas regulares y especiales, de acuerdo con los requerimientos nutricionales específicos de los pacientes.
El equipo que respalda estas operaciones es de 121 personas, que incluyen cocineros, camareros, personal de fórmulas lácteas, supervisores y administrativos.
El esfuerzo para mejorar la cocina hospitalaria representa un compromiso hacia una alimentación que, más allá de ser un servicio, es un factor determinante en la recuperación y bienestar de los pacientes.