En esos términos se pronunció la titular de Salud, Alba Consuelo Flores, ante el riesgo de que ingrese el mortal virus respiratorio del coronavirus que ha cobrado la vida de más de 80 personas en China y que mantiene en alerta a la mayoría de países del mundo.
Esta enfermedad no requiere de un vector para ser transmitida ya que puede ser propagada de persona a persona con un simple estornudo y aún no se registran casos a nivel de Centroamérica.
Se han realizado esfuerzos en la vigilancia en aeropuertos y fronteras para evitar el ingreso al país.
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Para especialistas en el área de la salud, la simple sospecha de su presencia podría evidenciar la condición de los servicios de salud en el Estado de Honduras.
“Si Honduras no puede enfrentar ni siquiera los problemas que normalmente tenemos en materia de salud como el dengue mismo que ya le ha cobrado la vida a más de 200 personas, peor para el coronavirus que es una enfermedad que ha evidenciado al Estado y su incapacidad para manejar los problemas sanitarios”, expresó la neumóloga y presidenta del Colegio Médico de Honduras (CMH), Suyapa Figueroa.
“Definitivamente no hay capacidad y no existe, estos pacientes fallecen de falla ventilatoria aguda, porque no pueden intercambiar oxígeno, para eso requieren de un ventilador mecánico, y si en el Hospital Escuela para adultos solo hay seis cupos en cuidados intensivos y cuatro en observación son 10 en el hospital más grande de Honduras, entonces no hay en lo mínimo ninguna capacidad”, mencionó.
Amenaza internacional
La capital china registró el lunes el primer muerto por el coronavirus que está generando una angustia creciente en el mundo frente a los más de 80 fallecidos, mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó la amenaza internacional de la epidemia a “alta”.El número de víctimas mortales se eleva ya a 82 y el de casos confirmados oficialmente son ya más de 2,700, incluido un bebé de nueve meses.
Medio centenar de enfermos han sido censados en el resto del mundo, donde una docena de Estados desde Asia a Australia, pasando por Europa o América del norte, han sido alcanzados por el virus.
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La crisis hace temer una mayor fragilización de la economía china e incluso mundial. Las principales bolsas mundiales cayeron más del 2% ayer en Japón y en Europa, mientras en Nueva York operaba en rojo.
Asimismo, varias competiciones deportivas internacionales programadas en territorio chino fueron anuladas, aplazadas o desplazadas. La última, la vuelta ciclista a Hainan, que se iba a celebrar a finales de febrero.
La dimensión de la amenaza de propagación la esbozó el alcalde de Wuhan, epicentro del nuevo virus aparecido en diciembre: unos 5 millones de habitantes, casi la mitad de la población, se habían desplazado para pasar las fiestas del Año Nuevo que se celebró el sábado.
El cierre a cal y canto de esta ciudad desde el jueves le daba un aire fantasmagórico. La mayoría de los comercios están cerrados y los vehículos esenciales no pueden circular, constató un equipo de la APF.
“Cada día estoy más preocupado”, reconoció el estudiante vietnamita Do Quang Duy, de 32 años.
“¡Vamos Wuhan!”, rezaba un cartel luminoso en un rascacielos de la ciudad en un intento de levantar el ánimo de la población que debe permanecer encerrada en sus casas.
El primer ministro chino, Li Keqiang, llegó a Wuhan, primera visita de un dirigente del régimen comunista a la ciudad desde el comienzo de la epidemia en diciembre.
En las imágenes difundidas por el gobierno, el primer ministro aparece con una bata de plástico azul y una mascarilla, examinando datos de un paciente en la cama de un hospital.
En los hospitales de Wuhan, la situación es caótica: los pacientes tienen que esperar horas antes de poder ver a un médico. Ante esta situación se están construyendo dos hospitales de un millar de camas cada uno, que estarán listos en el tiempo récord de menos de dos semanas.
El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, era esperado en Pekín.
Su organización, que renunció por el momento a declarar “emergencia internacional”, revisó a “alta” la amenaza de la epidemia a nivel mundial.
Investigadores de Hong Kong estimaron que el número de casos podría superar ya los 40,000 y que el número de contagios podría duplicarse cada seis días, por lo que consideraron que los gobiernos deben tomar medidas “draconianas” para limitar los desplazamientos de la población y detener la propagación de la epidemia.