San Pedro Sula, Honduras
El grito de auxilio de las autoridades de Medicina Forense sobre la precariedad en la que actualmente tienen que hacer autopsias e investigaciones pasó desapercibido. A la fecha nada se ha hecho para contrarrestar la crisis.
El deterioro y descuido al que esta institución ha sido condenada repercute en el personal que ahí labora. Están hacinados, y esta situación contribuye además a la impunidad que impera en el país, pues la falta de equipo especializado, reactivos y espacio físico adecuado impide que los procesos de investigación se realicen adecuadamente.
“Desde que inició el 2013 no hemos tenido reactivos para realizar las pruebas de VIH/sida. La máquina de rayos equis que teníamos dejó de funcionar hace años, las pilas donde se hacen las autopsias deben reconstruirse, son tantas cosas. Las alcaldías de San Pedro Sula, Choloma, Puerto Cortés, La Lima, Villanueva y El Progreso se comprometieron a tendernos la mano, pero de eso ha pasado más de un mes y seguimos esperando”, dijo Héctor Hernández, coordinador regional de Medicina Forense.
El médico hizo un llamado a los sampedranos y a las autoridades edilicias: “no dejemos morir la morgue judicial”.
LA PRENSA reveló que expertos nacionales e internacionales evaluaron el lugar en la colonia Villas del Sol y recomendaron el cierre inmediato del edificio en su totalidad para su demolición.
Ante este informe, las autoridades buscaron nuevas instalaciones. La Oficina Administrativa de Bienes Incautados (Oabi) había asignado una vivienda en la colonia Juan Lindo que no pudieron utilizar para oficinas por oposición de los vecinos.
La alcaldía de San Pedro Sula también ofreció un lugar pero resultó pequeño, por lo que se optó por reparar el actual edificio.
Hernández contó que los trabajos de reparación en el edificio programados para inicios de septiembre fueron suspendidos, porque aun no se ha definido qué compañía hará la restauración.
“Estamos amontonados. Es difícil poder brindar una atención personalizada”, dijo el psiquiatra Alfredo Leonardo Sosa, director del departamento de salud mental de la morgue.
Sosa manifestó que cuando atienden a víctimas de violencia doméstica o abuso sexual, el otro personal con quienes comparten espacio debe salir a buscar un sitio adonde seguir con sus labores por el hacinamiento.
“La gente que atendemos presenta en su mayoría traumas emocionales porque han pasado por situaciones difíciles y no podemos evaluarlos frente a otras personas, no sería correcto, por eso andamos preocupados buscando un espacio donde les podamos atender”.
La mayoría del personal forense lleva las computadoras de sus casas porque en la morgue no hay equipo para trabajar.
Tampoco tienen un espacio para archivos. Los documentos de investigaciones son puestos en cajas de cartón y cada vez que llueve el personal corre de un lado a otro a poner botes y plásticos para cubrir el equipo del agua que se filtra por el techo.
Esfuerzo de los empleados
Hace una semana se reparó el segundo cuarto frío que tiene la morgue, el cual no funcionaba desde hace varios meses.
“Con dinero nuestro hemos dado mantenimiento a los aires acondicionados y reparado el cuarto frío que llevaba mucho tiempo de estar malo”, dijo el coordinador forense.