TEGUCIGALPA, HONDURAS.- ¿Cómo enfrentar el nuevo año? Esta es la gran interrogante que se formulan los hondureños al iniciar el 2021.
El panorama es incierto, aunque los hondureños están expectantes de este nuevo inicio tras sufrir los golpes provocados por el covid-19, los huracanes Eta y Iota, y la crisis económica.
Pero, algunos religiosos son de la opinión que pese a estos flagelos, la unidad, el optimismo y solidaridad entre los compatriotas deberán resurgir este año.
En un mensaje de fin de año, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez expresó que “un año de gracia del Señor, un 2021 lleno de su presencia, siguiendo aquella palabra sabía que nos dijo San Juan XXIII, el cristiano es aquel que vive con los pies en la tierra, pero con la mirada en el cielo, todo depende de Dios, trabajamos con Dios y construimos con él”.
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De su lado, el sacerdote Carlos Rubio expresó que este nuevo año “tenemos que comenzarlo con mucha fe, con mucha esperanza de que cada año tiene que ser mejor para nosotros y eso va a depender de nuestra actitud”.
“Hay que iniciar con una actitud positiva, no hay que ser del todo pesimista, pero esa realidad puede ser transformada con la colaboración de cada uno”, manifestó el sacerdote Carlos Rubio.
Acotó que “debemos enfrentarlo unidos, no hay duda que el país tiene que tomar decisiones muy importantes. En este año son las elecciones internas y se debe tomar con mucha madurez política, con un espíritu democrático, también saber enfrentar esta realidad política con propuestas y compromisos por Honduras”.
La unidad de la familia deberá ser uno de los principales pilares a prevalecer en este año.
“Hay que enfocarnos y desterrar todo lo que no nos sirve: el egoísmo, la confrontación, la envidia, el negativismo y todas esas cosas que no nos hacen avanzar y dejarnos ayudar los unos con los otros”, comentó Rubio.
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Asimismo, se deberá fortalecer el espíritu solidario que fue demostrado durante la pandemia y en los estragos de los dos huracanes.
“Debe seguir un espíritu de solidaridad, de amor por el prójimo y amor por la patria. No hay duda que el acontecimiento del Bicentenario también nos debe llevar a construir una mejor patria, un mejor país, consciente de los retos y desafíos que tenemos y que como hondureños debemos poner toda nuestra colaboración y esfuerzo para que Honduras sea mejor”, señaló.
Para el pastor evangélico, Alberto Solórzano, este 2021 los hondureños deberán tomar un tiempo para reflexión personal e identificar en qué hemos fallado.
“Es vital tomar tiempo para la reflexión personal, esto puede ayudarnos a ser más conscientes de nosotros mismos de lo que está bien para estimularlo y de lo que está mal para cambiarlo. Para ver cambios fuera de nosotros, primero deben de ocurrir en nosotros”, expresó Solórzano.
Solórzano coincide con Rubio al manifestar que se deben de hacer a un lado todos los males que enfrentamos y aprender a perdonar al prójimo.
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“Es importante revisar nuestro ámbito relacional, no podemos entrar a un nuevo año conflictuados con los demás, para ello si hemos ofendido pidamos perdón y si nos han ofendido perdonemos. Es el perdón la única vía definida por Dios para sanar ofensas y relaciones afectadas”, precisó.
El pastor advirtió que será muy difícil enfrentar los desafíos de un nuevo año si lo hacemos a solas, en la fuerza propia vamos a necesitar de mucha fe y eso no lo produce el ser humano, la fe viene de Dios, viene del contacto con su palabra, viene a través de una relación personal y estrecha con él.
Reconstrucción
A criterio de monseñor Ángel Garachana, el pueblo hondureño tiene sus esperanzas puestas, en gran medida, en el gobierno, en lo que se refiere al proceso de reconstrucción del país durante este nuevo año.
“Esto quiere decir un proyecto de reconstrucción integral, no solo reconstrucción material, sino reconstrucción social y política, un proyecto elaborado con la colaboración de personas, profesionales competentes y no solo del gobierno o del partido gobernante sino de la sociedad civil”, afirmó.
Para ello, ha de romperse el círculo de personas vinculadas exclusivamente al gobierno, es un proyecto que ha de implicar a todos, según las diversas responsabilidades y tareas, explicó.
Este proyecto, de acuerdo con Garachana, deberá tener como destinatarios preferentes a los más pobres, que ya antes de la pandemia y los huracanes superaban a la mitad de la población, es una reconstrucción que al mismo tiempo lleve a un cambio, a una transformación de la vida social, política y económica de Honduras.
Garachana se refirió a que Honduras enfrentará pronto un proceso electoral y existe la preocupación de que no exista un cambio de comportamiento en el electorado.
“Veo con preocupación estos hechos ya que no percibo indicios claros de un cambio de comportamiento en el modelo de la vida política, en el modelo de vida de los diversos partidos, percibo que siguen estando más preocupados por la conquista del poder que por los gravísimos problemas que está viviendo el pueblo y esta sería una ocasión decisiva para cambiar, sería una oportunidad para que nuestros políticos se conviertan, cambien radicalmente y piensen verdaderamente en el desarrollo del pueblo que está experimentando los efectos de la pandemia y de los huracanes”, afirmó.
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