TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La reforma migratoria que Joe Biden, presidente electo de Estados Unidos, ofreció en campaña para 11 millones de indocumentados caló fuerte en la comunidad hondureña.
Acostumbrados a recibir insultos racistas en el pasado cercano de parte del exmandatario Donald Trump, los más de 1.1 millones de catrachos revivieron las esperanzas de obtener la tan ansiada tarjeta verde.
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“Demasiado bueno para ser cierto”, citó Mardoel Hernández, representante de la Alianza Nacional TPS, quien ya en ocasiones anteriores ha escuchado discursos similares que no pasan a concretarse.
La última vez que Estados Unidos brindó un beneficio similar a indocumentados fue en 1986 bajo el mandato del expresidente Ronald Reagan, cuando unos tres millones de ilegales recibieron una amnistía que les abrió camino a la legalidad.
34 años después, Biden quiere concretar algo que planificó desde que fue vicepresidente en el periodo de Barack Obama, solo que ahora tiene mayoría en el Congreso, que es clave para que mueva los hilos en el país norteamericano.
Biden puede introducir la reforma, lo va a hacer, pero la decisión está en el Congreso, por eso es tan complicado, lo que sí brinda esperanza es ver que la actitud contra los migrantes va a cambiar”, argumentó Porfirio Quintano, líder hondureño.
Ocho años
El camino a la tarjeta verde llevaría un proceso de ocho años, según han dado a conocer los expertos en el tema y personas cercanas al gobierno de Biden.
La delantera la llevaría los jóvenes beneficiarios de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), conocidos popularmente como “soñadores”, y los amparados en el Estatus de Protección Temporal (TPS).
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Ahí la comunidad hondureña podría tener al fin una luz en el camino para 60 mil catrachos inscritos en ambos programas.
El comportamiento de los catrachos resultó excepcional, tienen registro de seguro, pago de impuestos e hipotecas y un pasado con 31 años clamando por tener una legalización.
Otro factor a favor de los hondureños es la demolición de la política Tolerancia Cero, con la reunificación familiar para los menores separados de sus padres durante la era Trump.
El Plan de Biden espera tener respuesta en los primeros 100 días de mandato. “Lo importante es mantener la lucha, tanto tiempo y ahora por lo menos sabemos que si vamos a tocar esa puerta nos van a brindar un plan real por el que debemos luchar”, argumentó Quintano.
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El tema en la frontera es una arista poco tocada por Biden, donde aseguró no perderá el control en la zona sur del país.
Un punto a considerar es que Estados Unidos no está abriendo sus fronteras a nuevos indocumentados, el proyecto para la regularización permanente abarca a las personas que llevan años viviendo en Estados Unidos que deben calificar con una serie de requisitos dispuestos por el gobierno entrante.
Además Guatemala, El Salvador y Honduras son países seguros, y los connacionales pueden ser deportados sin demasiados trámites
Por ahora todo es promesa, pero algo es seguro, Biden, no continuará con la ira de Trump en contra de los migrantes.
