TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Trayendo a la memoria el triste recuerdo de la devastación ocasionada por las tormentas tropicales Eta y Iota en 2020, este jueves la zona norte de Honduras ha sufrido el fuerte impacto de las torrenciales lluvias producto de una vaguada que mantiene en alerta roja y amarilla a varios municipios.
El crecimiento de caudalosos ríos con embravecidas corrientes, inundaciones, personas evacuando sus hogares, temerarios ciudadanos que intentan cruzar puentes caídos para trasladarse a otras comunidades y serios daños materiales son solo algunas de las consecuencias que ha dejado la siempre devastadora fuerza de la naturaleza durante las primeras horas de este día.
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Desde horas muy tempranas de la madrugada, la zona noroccidental del país registró torrenciales lluvias que acrecentaron el riesgo que ya existía desde los últimos días producto de las precipitaciones que lastimosamente afectan con mucha fuerza a un sector que a lo largo de la historia ha sido muy vulnerable ante el impacto de los fenómenos naturales.
Los angustiosos momentos vividos esta mañana fueron captados en videos que se han vuelto virales en las redes sociales luego de mostrar el alcance que ha tenido el fenómeno climático que mantiene en alerta a los pobladores de comunidades aledañas a ríos y quebradas por el inminente riesgo de inundaciones que existe.
A continuación repasamos algunas de las imágenes que muestran el peligro al que se han enfrentado muchos hondureños durante este jueves.
Situación crítica en Cortés y Yoro
Las familias que habitan en las cercanías de las orillas de los ríos Ulúa y Chamelecón deben realizar la evacuación obligatoria ante las inundaciones que se reportan.
Hasta el miércoles 21 de septiembre, más de 3,400 personas que residen en las zonas vulnerables del Valle de Sula habían evacuado -por su cuenta o con ayuda de lanchas- de manera preventiva ante la crecida del caudaloso río Ulúa.
En medio de la zozobra, familias enteras de las zonas bajas de Villanueva, Potrerillos, Pimienta y San Manuel, en el departamento de Cortés, y El Progreso en Yoro, seguían sacando las pertenencias de sus viviendas y buscando lugares seguros para sus vidas.
Recuento de daños
El martes por la mañana en la zona de occidente se incrementó el nivel del río Ulúa, lo que provocó que el paso hacia la aldea Santiago, Pimienta, se cerrara en el sector de La Bomba, donde la telemétrica marcó 8.20 metros.
La súbita crecida del caudal del río inundó las viviendas de La Bomba y dejó sin salida a los residentes de Santiago.
En San Manuel, Cortés, soldados de la 105 Brigada de Infantería evacuaron a 52 familias, 13 de la colonia Guadalupe que fueron llevadas a la Escuela Minerva y 39 de la colonia Chasnigua que trasladaron al centro educativo Rafael Leonardo Callejas.
En Villanueva, los residentes de la colonia kilómetro 86, La Libertad, Nueva Esperanza y Bella Vista también evacuaron y se apostaron a la orilla de la carretera CA-5.
Los habitantes de la zona central también reportan su propio drama. Al menos 600 moradores de Siguatepeque y Comayagua, en el departamento de Comayagua, resultaron afectados con los tremendos aguaceros que persisten desde el lunes anterior.
El reporte actualizado el miércoles registraba al menos 25 personas albergadas, un fallecido, 600 damnificados, 44 viviendas dañadas, tres casas destruidas y un puente dañado. En el municipio de Meámbar continúa desaparecido un poblador de 45 años, al menos 30 casas, puentes y calles sucumbieron a la fuerza de la naturaleza y está incomunicado el municipio.
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