Honduras

Violencia en los hogares se agudizó con la cuarentena en Honduras

El 911 registró 167,513 llamadas por violencia doméstica o intrafamiliar durante el confinamiento, lo que representa casi el 60% de los registros desde 2019. Hay meses en los que hubo repunte de casos

04.09.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Los golpes nacieron contigo, golpes que suceden diariamente en tu niñez y se repiten en tu pubertad”, escribió de forma metafórica la poeta hondureña Juana Pavón en 2004.

En su poema “Los golpes”, hablaba de la dureza de la vida y la sociedad, pero también se puede interpretar a los golpes físicos que reciben los más vulnerables (mujeres, jóvenes y niños) dentro de un hogar.

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“Llena de golpes te lanzas a buscar el mundo y vas muy golpeada y ya en este mundo los golpes tienen otras manos y otros sonidos”, menciona otro de sus versos, que puede describir detalladamente el sentir de las hondureñas y hondureños que en los últimos dos años y ocho meses hicieron 262,233 denuncias de violencia en sus hogares a través del 911.

Los registros corresponden a denuncias por violencia doméstica e intrafamiliar desde 2019 hasta la primera quincena de agosto de 2021, cuando Honduras cumplía 17 meses desde que inició la cuarentena por la pandemia del covid-19.

¿Cuál es la diferencia?

Aunque el nuevo Código Penal tipifica la violencia doméstica o intrafamiliar como un mismo delito (artículo 179 A), existen diferencias puntuales sobre quiénes la sufren.

En el primer caso, se refiere a cualquier tipo de agresión a la que se somete una persona, especialmente mujer, por parte de su pareja o expareja.

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En cambio, la violencia intrafamiliar es cuando uno o más miembros de la familia ejercen conductas que causan daño, sufrimiento o destrucción al resto de parientes.

Bajo estos delitos, Honduras registró más 262,000 denuncias, pero seis de cada 10 casos fueron durante el confinamiento por el covid, es decir, desde marzo de 2020 hasta el 14 de agosto de 2021.

Peor aún, los registros a los que tuvo acceso la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus, a través de dos solicitudes de información, muestran un incremento del ocho por ciento en los casos de 2020 en comparación con los contabilizados en 2019.

“El confinamiento vino a desnudar lo que ya estaba pasando, pero que no se había manifestado con gran frecuencia. Recordemos que los agresores están en casa y se vuelven más latentes y riesgosos en confinamiento”, expuso el psicólogo Felipe Maldonado, al explicar el porqué el incremento en las denuncias.

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Esta situación no solo ocurrió en Honduras, pues en naciones como España, México e, incluso, Nicaragua hubo un repunte en los casos durante el confinamiento.

De acuerdo con Maldonado, este incremento está estrechamente relacionado con el abuso de alcohol u otras sustancias alucinógenas, pero también porque la persona agresora no pudo controlar sus impulsos y, como estaba en el hogar por el confinamiento, sus parejas, hijos o demás parientes se convirtieron en víctimas.

Incidencia

Cuando el covid-19 llegó a Honduras, los epidemiólogos advirtieron que habría repunte de casos después de días festivos y celebraciones. Ese mismo patrón podría influir en la alza o baja de denuncias por violencia doméstica o intrafamiliar.

Según el también catedrático de la carrera de psicología en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), el maltratador no busca una ocasión para agredir a sus víctimas, al contrario, “lo hace cuando quiere”, sin embargo, existe más probabilidad que ocurra en días festivos, ya que hay alcohol o estupefacientes de por medio.

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El equipo de EL HERALDO Plus analizó las llamadas recibidas en los últimos dos años y ocho meses, evidenciando un patrón que se repitió en agosto y diciembre de 2019 y 2020.

Los análisis detallan que en ambos meses las denuncias incrementaron notablemente, lo que coincide (al menos en diciembre) con lo expuesto por el experto en psicología.

Solo en 2019 hubo un repunte de casos en tres ocasiones: entre marzo y abril, agosto y diciembre. En cambio, en 2020 las incidencias se dispararon después de que inició el confinamiento (abril y mayo), en agosto hubo otro pico, al igual que en octubre y diciembre. En este año el mayor repunte se observó en los últimos meses.

En los primeros cuatro meses de 2021 las cifras fueron históricas, incluso al compararlas con los mismos meses de los dos años anteriores: solo en enero hubo 1,147 llamadas más por encima de las registradas en 2020 y 2,000 más que en 2019.

Lo mismo ocurrió en febrero, marzo y abril. En este año también se identificaron acumulados significativos en cuatro meses: entre marzo y abril, mayo y junio.

Departamentos afectados

En Honduras, las denuncias se concentran, principalmente, en Francisco Morazán y Cortés, donde hay mayor población y -según el especialista en psicología- mayor conciencia de que se trata de un delito y no se debe tolerar, menos callar.

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Como escribió la poeta española Ángela Aymerich el siglo pasado: “no quiero que me tapen la boca cuando digo NO QUIERO”, los denunciantes de estos dos departamentos dieron el primer paso para poner un alto, por eso los registros evidencian que el 45% de los casos (entre cuatro y cinco de cada 10 denuncias) fueron realizadas desde estos puntos geográficos.

En Yoro, donde la mayor parte de la población vive en zonas rurales, también se observan cifras elevadas, ya que de 8,679 llamadas en 2019 pasó a recibir casi nueve mil en 2020. Hasta agosto de 2021 acumulaba más de 5,300.

Según análisis realizados por este rotativo, este patrón se repitió en 17 de los 18 departamentos del país, pues Islas de la Bahía fue el único que registró una baja de casos al cierre del año anterior: en 2019 sumó 1,468 denuncias y en 2020, cuando inició la cuarentena, hubo 180 menos. En este 2021 ya contabiliza más de 700 casos, donde la víctima dio el primer paso y denunció.

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Al hacer radiografía en los datos, nos damos cuenta que Gracias a Dios fue el que menos incidencias por violencia doméstica o intrafamiliar reportó. De 314 casos en 2019 pasó a 368 el año anterior y 232 en este 2021.

“No todas las llamadas terminan en denuncias”, lamentó una integrante de la junta directiva del Centro de Derechos de Mujeres (CDM), al explicar a EL HERALDO el proceso que sigue después de delatar al agresor. Incluso, hay personas que se van directamente al Ministerio Público para que quede abierto el proceso judicial y que la persona agresora sea castigada con dos o cuatro años de reclusión.