Hondureños en el Mundo

Canadá deportó a 1,196 hondureños en ocho años

Canadá también aprueba menos peticiones de refugio que hace diez años. Los ataques del S-11 influyeron en nueva política.

    12.07.2012

    Las deportaciones de hondureños desde este país han crecido en los últimos cinco años.

    Así lo revelan las cifras que proporcionó a EL HERALDO la Canada Border Services Agency (Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá, CBSA).

    Luc Nadon, vocero de esta entidad gubernamental, comentó que los motivos para retornar a los hondureños son varios.

    Nadon explicó que la decisión de deportar a alguien de Canadá no es tomada a la ligera.

    El CBSA sigue un proceso previsto por la ley antes de ejecutar una orden de deportación, argumentó.

    Deportados de Canadá

    El primer registro de deportados al que EL HERALDO tuvo acceso data desde 2004.

    En ese año se devolvieron al país 159 hondureños. Esa cifra se elevó en 2005, cuando se deportaron 181, y para el 2006 la cantidad de afectados disminuyó a 105.

    Lo mismo ocurrió en el año subsiguiente, en 2007, cuando la CBSA ordenó el retorno de 75 catrachos. Desde entonces las cifras de deportados desde Canadá ha ido en aumento hasta el 2011, la última cifra que proporcionó a EL HERALDO el vocero de la CBSA.

    Para 2008 esa entidad gubernamental mandó de regreso a Honduras 111 connacionales, para 2009 fueron 174, en 2010 se reportaron 190 y en 2011 se llegó a 201 deportados, haciendo un total de 1,196 retornados desde esa nación.

    Esa tendencia de incremento en las deportaciones de hondureños no es una política que se dirija de manera particular a los catrachos.

    La estadística de la CBSA revela que el número de deportaciones de Canadá se ha elevado en más del 50 por ciento durante la última década.

    Los datos revelan que en 1999 se deportaron alrededor de 8,300 personas de diversas nacionalidades, mientras que para 2008 el número aumentó a aproximadamente a 12,700 retornados.

    Influencia del S-11

    Según Janet Dench, directora ejecutiva del Consejo Canadiense para Refugiados, el aumento de deportaciones está íntimamente relacionado a los actos terroristas del 11 de septiembre de 2001, que afectaron gravemente a Estados Unidos, su país vecino.

    Estos ataques también fueron un detonante importante para que el gobierno canadiense comenzara a ser más rígido en el otorgamiento del refugio, una de las figuras más comúnmente usadas por los inmigrantes cuando entran a Canadá y que les abre las puertas (si son elegibles como refugiados) a una residencia permanente.

    Dan menos refugios

    La estadística del Consejo de Refugiado, el organismo administrativo que procesa las peticiones de los refugiado, revela que la tasa de aceptación de refugiado ha permanecido estable en términos porcentuales, no así en términos nominales, es decir en el número total de solicitudes.

    La cantidad total de casos procesados ha bajado considerablemente.

    Para el caso, en el año 2000, el gobierno canadiense aceptó 13,996 peticiones de refugiados, lo que representó el 48 por ciento de todas las demandas presentadas ese año por los inmigrantes.

    Mientras tanto, la situación cambió para el año 2008, cuando solo se aprobaron 7,631 solicitudes. Esa cantidad de peticiones representó el 42 por ciento del total de aplicaciones.

    Otra de las estadísticas que reflejan el endurecimiento de la norma migratoria canadiense es el alto número de solicitudes de refugio que aún están pendientes por resolver, en los que se encuentran varios miles de hondureños.

    Para 2001 el Consejo del Refugiado canadiense tenía sin resolver unas 30,000 peticiones de refugio, cifra que se duplicó para 2010, cuando se alcanzaron las 61,000 peticiones.

    Estas cifras parecieran contradictorias considerando que Canadá necesita, según algunos estudios, cerca de 400,000 nuevos inmigrantes cada año para mantener su economía en crecimiento.

    De Costa Rica y Honduras mayoría de deportados

    Entre los ciudadanos centroamericanos, los originarios de Costa Rica ocupan el primer lugar en deportaciones, con 2,411 personas desde 2004 hasta 2008.

    Le siguen los hondureños (con 631, en los mismos cinco años), los salvadoreños (503), los guatemaltecos (253), los nicaragüenses (106), los panameños (52) y los de Belice (11).

    De acuerdo a los datos que manejan algunas Organizaciones no Gubernamentales, el 85 por ciento de esas deportaciones se deben a que los inmigrantes no tuvieron éxito en concluir de manera favorable el proceso de refugiado.

    Canadá deporta en promedio anual cerca de 12 a 13 mil inmigrantes, una cifra significativamente baja si se compara con las que efectúa Estados Unidos.

    En el período fiscal 2011, el gobierno de Barack Obama deportó a más de 396,000 personas, lo que superó la marca de 389,000 que había alcanzado en 2010.

    Pero a pesar de que la política migratoria canadiense se ha vuelto más rígida, por decirlo de alguna forma, no alcanza los niveles de deportación que posee actualmente su vecino Estados Unidos

    En Canadá residen cerca de seis millones de inmigrantes, mientras que en Estados Unidos viven cerca de 38 millones, según el informes de las Naciones Unidas.

    Al hacer una relación porcentual de la cantidad de personas que deportan de cada una de esas naciones con el número de inmigrantes que viven en los dos territorios, el resultado es que: Canadá deporta cada año al 0.21 por ciento de sus inmigrantes, mientras que Estados Unidos retorna al 1.04 por ciento de sus inmigrantes.

    Catrachos por encima

    En Canadá, de acuerdo a los datos que maneja la embajadora de Honduras en Ottawa, Sofía Cerrato, residen de manera legal unos 15,000 connacionales.

    A esos se debe sumar otra importante cantidad de compatriotas que están en trámite para obtener su residencia y otros que se encuentran de manera indocumentada, que se estima podrían ser unos 10,000.

    Entonces, al hacer la relación entre los 201 hondureños deportados desde Canadá en 2011, con los 25,000 que se estima residen en esa nación, las deportaciones de hondureños superan la media de deportación canadiense (0.21 por ciento) pues llega a 0.80 por ciento de deportados.