El togado, del décimo octavo distrito judicial de Colorado, donde se registró el asesinato, afirmó en un comunicado que “este crimen es en parte otro producto del fracasado sistema de inmigración”.
Brauchler se basó en el hecho de que Licona Ortega es un inmigrante cuyo estatus migratorio era irregular.
“Aunque la gran mayoría de los que están aquí ilegalmente nunca cometerían actos tan atroces, debemos asegurar nuestras fronteras contra los criminales violentos”, dijo Brauchler.
Sus palabras son acordes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha tildado en varias ocasiones a los miembros de la caravana de migrantes centroamericanos como criminales, pandilleros y hasta terroristas, e incluso ordenó el blindaje de la frontera con hasta 9 mil soldados.
El fiscal recientemente fue derrotado en su intento de ser electo como fiscal general de Colorado.
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