El análisis de esta institución, a partir de la aplicación de unas 47,000 encuestas a nivel nacional, señala que uno de cada cuatro alumnos de sexto y octavo grado (20%) hace planes para emigrar de forma frecuente. En un tono más específico, los estudiantes expresaron estar en esta situación 'a veces' y 'siempre'.
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La intención de irse del país se acentúa por regiones. Por ejemplo, la intención de migrar fue más alta para los menores de Islas de la Bahía, con un 29% que expresó ese propósito. Igual sucedió al preguntar a los estudiantes de Gracias a Dios y Lempira (con 28% ambos).
El Observatorio Universitario de la Educación Nacional e Internacional (OUDENI) hace énfasis en estas preguntas y respuestas basado en las tres etapas del proceso migratorio: preparación, acto migratorio y asentamiento. En la primera fase, que sería el contexto de los estudiantes encuestados, 'las personas hacen una valoración de lo que tienen en su contexto de origen (incluidos los peligros y amenazas), y de lo que aspiran a conseguir en el futuro en el lugar de acogida'.
Según datos de la Secretaría de Educación, 26 niños y niñas dejaron la escuela al día en Honduras para emigrar en el primer semestre de 2018, un incremento significativo si se compara con ese período del 2017, cuando la cifra estaba en un promedio de 15 deserciones al día.
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Los datos de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos demuestran el nivel en que los infantes materializan su idea de emigrar. En el año fiscal 2018 (octubre del 2017 a septiembre de 2018) casi 11,000 menores no acompañados procedentes de Honduras fueron detenidos en la frontera. En lo que va del año fiscal 2019 (octubre y noviembre), los agentes reportan la aprehensión de 2,503 niños hondureños que viajan solos.
