CHIAPAS, MÉXICO.- 'Al principio pensamos que era un asalto nada más, pero no nos dejaron ir', fueron las palabras que pronunció el
migrante hondureño Heriberto Varela, al recordar la pesadilla que vivió junto a su familia al ser
secuestrados en Chiapas, México.
El padre de familia relata cómo junto a su esposa y tres pequeños hijos permaneció secuestrado por 13 días.
Varela atribuye a un milagro el estar vivos ya que 'fue que nos encomendamos en las manos de Dios, oramos momento a momento todo el día'.
'Cantábamos himnos de la iglesia, mis niños como son inocentes no sentían la angustia de nosotros', señala al recordar que desde el comienzo los amenazaron.
Los cinco hondureños habían llegado de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en donde habían permanecido un mes para luego avanzar con rumbo a la frontera de Estados Unidos.
'Fue cuando tratamos de rodear una garita de migración, nos metimos por una zona boscosa y ahí nos detuvieron', recuerda con temor.
Heriberto Varela confiesa que al principio pensaron que era un asalto nada más, 'pero no nos dejaron ir y nos encerraron'.
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Como en la película 'La vida es bella', que el personaje principal hace hasta lo imposible porque su hijo no se de cuenta que están en peligro de muerte, el migrante hondureño recuerda cómo con unos cepillos de dientes y peines lograron entretener a los pequeños.
'Nos poníamos a jugar para que ellos no lloraran, gracias a Dios no se percataron del secuestro'. Sin embargo, asegura que a cada rato venían los secuestradores a decirles que se callaran.
'Gracias a Dios los niños nunca los incomodaron, los ángeles de Dios estuvieron con nosotros', apunta.
'Los niños nos preguntaban cada noche que por qué estábamos encerrados, nos decían que les picaba el cuerpo, que querían salir', reveló al borde las lágrimas en entrevista con Periódico Excélsior.
Durante sus 13 días secuestrados en Chiapas, los hondureños solo comieron arroz y frijoles, y permanecieron encerrados en un pequeño espacio en una zona alejada de la ciudad a la que se llegaba a través de una carretera de terracería.
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Secuestrados en Chiapas por dos grupos
El compatriota recuerda el día que fueron interceptados por los secuestradores en Ixtepec, Oaxaca, y luego trasladados a Chiapas. Eran dos grupos: el de cinco andaba armas de fuego y el de cuatro con machetes.Los criminales discutieron entre ellos y los que portaban armas de fuego terminaron llevándose a la familia.
El migrante hondureño y su familia permanecieron secuestrados desde el 19 de julio y apenas fueron liberados el 30 del mismo mes. Por este caso, hasta ahora, las autoridades mexicanas no reportan la captura de ninguno de los involucrados.
Finalmente, Heriberto Varela asegura que está arrepentido desde el primer día 'desde que nos sucedió, de habernos venido para acá, la locura de habernos traído a los niños y meternos al monte'.
'Aconsejo a cualquier persona que quiera hacerlo, que lo piense dos veces, que si bien nosotros tuvimos suerte de ser rescatados, a ellos no les puede pasar igual', afirmó el compatriota que ahora espera junto a su familia que se resuelva su estatus migratorio.