El hechor es originario de El Porvenir, Francisco Morazán, y fue identificado por las autoridades del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), como Carlos Zúniga Aviles (33) quien según la base de datos de las autoridades estadounidense había sido deportado en cinco ocasiones.
Carlos Zúniga Aviles habría aprovechado la ausencia de la madre del pequeño para golpearlo, lesiones que le causaron la muerte unas horas después.
Las autoridades no habían logrado establecer la causa de muerte del menor, hasta que el catracho confesó su crimen durante una pelea con su pareja, por lo que esta llamó a las autoridades.
La policía de Memphis, Tenessee, arrestó a Carlos Zúniga Aviles y lo acusa de homicidio en primer grado, con agravantes por abuso y abandono infantil.
Durante la investigación, salió a la luz que el hondureño había dado otro nombre a su pareja, se hacia llamar José Avila-Agurcia.
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Hechos
Según el portal de Memphis, la madre del menor llamó a emergencia el pasado 12 de abril reportando que el bebé tenía problemas para respirar, fue ahí con la asistencia del operador que le practicó reanimación cardiopulmonar al infante.
Posteriormente el bebé fue llevado al hospital infantil Le Bonheur donde murió.
El médico forense determinó que la muerte fue un homicidio debido a un traumatismo por fuerza brusca, y dijo que el niño tenía el cráneo fracturado, una costilla rota y un caso grave de neumonía.
Según los registros policiales, tanto la madre del niño como Carlos Zúniga Aviles, dijeron que no sabían cómo el menor se había golpeado tan fuerte.
Durante la misma declaración, la mamá del bebé dijo que su pareja había quedado a cargo del menor el tiempo que ella se fue al trabajo y que al regresar el niño ya estaba mal.
Confesión
Unas semanas después de la muerte del bebé, el 23 de abril, la policía dice que la madre del niño les dijo que Avila-Agurcia (nombre falso) le confesó que había golpeado al niño en la cabeza varias veces, hasta dejarlo moribundo, después de enterarse de que no era el padre, lo que le hicieron creer durante el embarazo.