La hondureña Olga López llora la muerte de su hija Jennifer de diez años, a quien vio ahogarse junto a otros dos niños entre las olas del Pacífico en México, donde también naufragó su 'sueño americano'.
La mujer relató a la AFP que ocho migrantes indocumentados, cuatro adultos y cuatro niños, zarparon el 20 de julio pasado a bordo de una lancha desde la barra San José, en el estado mexicano de Chiapas (sur).
Eran las seis de la mañana. Poco después del zarpe, una enorme ola volteó la embarcación sin dar tiempo a reaccionar.
Cuando Olga salió a flote pudo ver a su hija Jennifer aferrada a una mochila que le permitía flotar.
'No se vaya a soltar, le grité. Sí mami, me respondió riéndose, alegre, nada afligida, pero luego vino otra ola y de allí no la volví a ver', cuenta Olga, una hondureña de 36 años que soñaba con una nueva vida en Estados Unidos.
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El sábado pasado, sepultó los restos de su hija en la aldea San Carlos, departamento de Cortés, unos 250 km al norte de la capital hondureña.
Simultáneamente, 70 km al sur de San Carlos, en el poblado San Manuel Cortés, Suyapa Aguilar sepultaba a su hijo Carlos de siete años, muerto en el mismo incidente que cobró la vida de Jennifer.
Un día antes, el cuerpo de Erick Adrián Robles, de cinco años, la tercera víctima del naufragio, era recibido por su familia en el pueblo salvadoreño de Sonsonate.
'Quería ver si hacía algo' para mejorar las condiciones de vida, con la ayuda de dos hermanos que viven en Estados Unidos, explicó Olga.
Este año 106 hondureños han muerto en busca del 'sueño americano' y cerca de 200 el año anterior.
- Territorio de coyotes -
Salir de Honduras hacia el norte es relativamente sencillo, pues hay libre circulación de personas entre ese país y Guatemala. Solo que allí el camino apenas comienza: habrá que atravesar también México y aún evadir todos los controles de la frontera con Estados Unidos.
Un miembro de la fuerza militar acantonada en el límite fronterizo con Guatemala explicó a la AFP que ellos no pueden detener a los hondureños si llevan su documento de identidad.
Muy cerca del puesto, un grupo de 12 emigrantes bajaba de un autobús y era recibido por un muchacho de unos 18 años, uno de los muchos 'coyotes' que actúan en la zona, observó la AFP.
Este los condujo por un camino de tierra, los hizo pasar entre los hilos de una cerca de alambres de púas a un potrero que tiene la mitad dentro de Honduras y la otra en Guatemala.
Caminaron un kilómetro entre los pastizales del potrero y salieron al lado de un corral donde unos guatemaltecos cargaban cientos de cabezas de ganado en camiones.
Un grupo subió a un transporte público, otros se fueron en motocicletas tripuladas por traficantes de personas.
'Mucho joden (molestan) los policías... de esto come uno, hermano', fue todo cuanto dijo el coyote que acompañó a los migrantes por el potrero.
'Esto es de todos los días y uno no puede hacer nada... los puntos ciegos sobran', dijo por su parte un oficial de policía.
Según el gubernamental Comité de Atención al Migrante Retornado (CAMR), entre 60.000 y 100.000 hondureños salen anualmente huyendo de su país debido a la falta de empleo y la violencia.
- Niñez migrante -
Una de las facetas críticas de la migración es el de los niños que viajan sin la compañía de adultos, generalmente con la intención de encontrarse con algún familiar en Estados Unidos.
En julio del 2014, Estados Unidos declaró una 'crisis humanitaria' tras detectar que más de 60.000 niños ingresaron solos a su territorio procedentes de los países del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras).
El lunes pasado se inauguró la Semana del Migrante, en un acto oficial celebrado en una escuela de la periferia sur de Tegucigalpa.
En su discurso, la vicecanciller Andrea Matamoros aseguró que la migración a Estados Unidos de niños no acompañados por adultos disminuyó este año un 7% en relación con el 2015, pero que los números 'siguen siendo demasiado altos'.
Un total de 8,467 niños han sido regresados al país este año, la mayoría de los cuales fueron interceptados por las autoridades de México.
Más de un millón de hondureños residentes en Estados Unidos inyectarán este año a la economía de su país cerca de 4,000 millones de dólares en remesas, equivalentes a más del 20% del Producto Interno Bruto (PIB).