Entre ellos se encuentra Catracho’s, un modesto restaurante hondureño que fue adquirido hace poco tiempo por Johanna Mateo, quien nació en Nueva York y creció en Honduras hasta que tenía 12 años, cuando vino a Chelsea para reunirse con su hermana.
“Siempre quise reinvertir en Chelsea”, comentó Mateo, de 27 años y quien planea expandirse a una tienda vacía al lado. “Me gustan las raíces que tiene en la comunidad latinoamericana y quiero mantenerlo de esa forma”.
Chelsea es una pequeña ciudad industrial al otro lado del río Mystic de Boston. Cuenta con una población de 40,000 habitantes y es un microcosmo de cambios más grandes que ocurren a lo largo y ancho de Estados Unidos a medida que el número de migrantes centroamericanos aumenta y la cantidad de migrantes mexicanos disminuye.
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México generó una de las olas de inmigración más grandes en la historia de Estados Unidos, la cual empezó en 1965 y duró hasta este siglo, hasta que una mejorada economía mexicana y menores tasas de natalidad ayudaron a revertir la tendencia. Ahora, más inmigrantes están huyendo de la pobreza y violencia que azota la zona que se conoce como el triángulo norte de Centroamérica.
Los mexicanos siguen siendo el grupo más grande de personas que viven en Estados Unidos de manera ilegal, pero la cantidad ha disminuido a 5 millones en 2017, respecto a los 7 millones en la década anterior. En tanto, los centroamericanos aumentaron de 400,000 a 1.9 millones, así como los asiáticos, de acuerdo con un reporte del Centro de Investigaciones Pew que fue publicado el mes pasado.
A nivel nacional, se estima que 10.5 millones de personas están en Estados Unidos de manera ilegal, menos del punto máximo registrado hace una década de 12.2 millones.
La dinámica está teniendo efectos a nivel estatal, dijo Jeffrey Passel, coautor del reporte. Sólo cinco estados registraron aumentos significativos de 2007 a 2017, encabezados por Massachusetts y Maryland. Ambas entidades son imanes para los centroamericanos.
California, que tiene el número más grande de mexicanos, y otros estados con mucha presencia de migrantes como Florida, Illinois, Nueva Jersey y Nueva York tienen menos gente que vive en el país ilegalmente.