El embajador de Honduras en Guatemala, Mario Fortín, detalló que hasta el viernes unos 210 hondureños que viajaban en la nueva caravana de migrantes rumbo a Estados Unidos, fueron retornados, pero en menos de 24 horas la cifra se dobló.
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'El último reporte del Sistema Nacional de Control Biométrico Migratorio registra 533 hondureños retornados desde Guatemala por los PFI de Corinto, Agua Caliente y El Florido, luego de intentar cruzar territorio guatemalteco en su intento de llegar a EEUU', reportó el INM.
Más de 3,000 hondureños partieron la noche del miércoles hacia Estados Unidos desafiando la pandemia del coronavirus, huyendo del desempleo y en busca de mejores condiciones de vida.
Los migrantes despegaron a pie de la terminal de buses de San Pedro Sula, la segunda ciudad de Honduras, situada 180 km al norte de Tegucigalpa.
Miembros de la Cruz Roja Hondureña, que abastecían a los migrantes de documentos de orientación para la travesía y medicamentos básicos, aseguraron que contabilizaron unos 1,200 en un primer grupo y cerca de 2,000 en un segundo que partió horas después.
Los migrantes avanzaban a pie por grupos a la orilla de la carretera hacia la frontera con Guatemala por la aduana de Corinto, por momentos bajo llovizna.
'Nosotros no le ponemos mente a eso de la pandemia, es en lo último que uno piensa. Queremos sacar adelante a la familia', dijo Jefrey Amaya, de 20 años, quien llegó a la terminal en un grupo de siete jóvenes desde la comunidad de El Negrito, departamento de Yoro, a unos 20 km de San Pedro Sula.
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Jefrey dijo que atendió una convocatoria que vio en redes sociales divulgada por personas no identificadas.
'Vamos en busca del sueño americano, nadie nos detiene. Aquí o nos morimos de covid-19 o nos morimos de hambre. Los gobiernos no hacen nada por generar empleo', sentenció Miguel Artiga, de 27 años, compañero de Jefrey.
La expectativa de afluencia masiva ante la convocatoria era poca porque desde enero, cuando salieron alrededor de 2,000 en una caravana, personas desconocidas convocaron a otros éxodos, sin que tuvieran éxito.
Sin embargo, en esta ocasión, desde la tarde se fueron concentrando cientos de personas en la terminal de transporte, la mayoría muy jóvenes y muy pocas mujeres con hijos pequeños.
'Sabemos que (en el viaje) podemos perder, una mano, un pie o la vida. Uno va arriesgando todo y a saber si podremos pasar la frontera' de México hacia Estados Unidos, reconoció Jefrey.
Desde octubre del 2018, una docena de caravanas de mil o más personas, y otra menores de cientos, han salido de San Pedro Sula, a chocar con el muro de militares y policías tendido por el presidente Donald Trump en la frontera con México.
Salvadoreños, guatemaltecos y mexicanos se han ido agregando en el camino hasta formar decenas miles, la inmensa mayoría frustrados por las patrullas fronterizas, para después ser deportados a sus países de origen.
Según el gobierno de Juan Orlando Hernández, hasta el 27 de setiembre, habían sido deportados 31,022 hondureños, la mayoría desde México y Estados Unidos y los terceros de Guatemala.
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