Patepluma Express, el negocio que arrancó con un “diablito” y hoy realiza envíos a Honduras y El Salvador

NASHVILLE, ESTADOS UNIDOS.- Tras laborar por seis años para una compañía de envíos, Mauricio Peña, un hondureño originario de la tierra de las mujeres más bellas de Honduras (Santa Bárbara), hizo a un lado las dudas sobre emprender o no... y se aventuró a crear su propio negocio de encomiendas.

Comenzó comprándose un pequeño “dollie” o “diablito”, como se le conoce en el país, para atender a los catrachos y salvadoreños residentes en Tennessee y Kentucky que necesitaban realizar sus envíos a Honduras y hoy -además de encomiendas- también incursiona en la importación de vehículos.

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Su llegada a Estados Unidos fue en 1998. Luego de tres intentos por conseguir que le aprobaran la visa, decidió probar suerte viajando de manera irregular a través de la ruta migrante.

“Me encontraba en México cuando Honduras fue azotada por el Huracán Mitch”, recuerda Mauricio, sin embargo, tiempo después logró aplicar al Estatus de Protección Temporal (TPS) y finalmente legalizarse.

Una vez en suelo estadounidense tuvo que trabajar mucho. “Me tocó un poco más duro al inicio. Tenía dos trabajos, por el día trabajaba en un restaurante de comida rápida y por la noche trabajaba en limpieza de oficinas. Más tarde salí del restaurante y me fui a trabajar a una compañía de corte de grama (pasto)”, nos relata Mauricio.

De ahí fue que dio el salto al negocio de las encomiendas. “Después trabajaba con una compañía y cuando me dijeron que ellos cerraban Tennessee y Kentucky, que son los estados que cubría con ellos, me surgió la inquietud”, comparte con el segmento “De un país llamado Honduras”.

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“Muchos me decían que por qué no empezaba por mi cuenta, pues ya tenía mas de seis años en el envío de encomiendas”, comenta y a su vez confiesa que eso lo motivó aún más.

Al ser originario de la tierra del junco y el café y de las mujeres más bellas, Mauricio nos presume que se inspiró en Santa Bárbara para llamar a su emprendimiento Patepluma Express.

El santabarbarense nos cuenta que se mudó del estado de Virginia a Nashville, Tennessee, y “ahí me di cuenta que no habían muchas compañías en el envío de encomiendas a Honduras”.

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“Después del diablito (dollie) vino la Cargo Van, y es así como empecé. Ya gracias a Dios he hecho varios viajes y vamos por muchos más, agarrados de la mano de Dios”, nos relata Peña, quien agrega además que dentro de sus servicios el más común es el traslado de cajas grandes, que van de los 24 a 48 pulgadas, así como las medianas cargadas de ropa, zapatos y alimentos.

Su negocio consiste en embarcar los furgones con los envíos que vía marítima llegan a Puerto Cortés y de ahí vía terrestre se trasladan a su lugar de destino.

“Ofrecemos un servicio especializado, puerta a puerta”, detalla Mauricio a quien también lo buscan para llevar encomiendas desde Honduras hacia el norte. “Cuando viajo a visitar mi familia la gente también me pide traer cosas de Honduras hacia Estados Unidos, generalmente comida típica”.

Con la meta de seguir creciendo, el catracho decidió incursionar en el envío de automóviles desde Estados Unidos. “El importar vehículos es más reciente como parte de la expansión del negocio, gracias a la confianza que me he ganado entre sus clientes”, asegura. “Hemos ido creciendo por las recomendaciones de nuestros mismos clientes”, agrega.

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“Se dio porque muchos clientes me preguntaban si lo hacía y bueno fui consultando cómo era el trámite y me di cuenta que realmente no es complicado. Ahora ayudo a muchos paisanos en el proceso de envío de sus vehículos a Honduras”. “Ya he exportado varios vehículos a Honduras y de El Salvador tengo muchos clientes. Gracias a Dios me ha ido muy bien, son muy buenos clientes”, expresa.

El emprendedor quiere seguir creciendo y cubrir pronto más estados. “Tengo mucha gente de Texas y Florida que me preguntan cuándo voy a abrir una ruta en esos estados”. Peña hasta el momento tiene proyectado atender zonas más al sur de Florida, como Georgia, donde hay una comunidad grande de hondureños. También California y Ohio.

“No descarto la posibilidad de atender la zona metropolitana de Washington DC, Maryland y Virginia, si Dios así me lo permite”, confiesa al referirse a su más grande anhelo.

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