TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Pues polvo eres y al polvo volverás” se lee en el Génesis, primer libro de la Biblia, pasaje que recuerda que al final toda aleluya o alegría terminará en nada sin la ayuda de Jesús de Nazareth.
En el período de la Cuaresma -que inició ayer con la celebración del Miércoles de Ceniza y culminará con el domingo de Resurrección- la Iglesia Católica invitó a la feligresía capitalina a recuperar el tiempo perdido por el pecado.
Conversión
Desde tempranas horas, los devotos llenaron las iglesias del Distrito Central con el objetivo de celebrar la fecha que llama a volver la mirada a Dios.
Los templos se adornaron de color morado, el tono que representa la preparación espiritual y la penitencia.
Miles de creyentes recibieron la cruz de ceniza en su frente. Su fidelidad no la demuestran solo los Miércoles de Ceniza, los hijos del Dios de la vida demuestran su devoción doblegando su espíritu con buenas prácticas ante el prójimo.
Durante las homilías, los párrocos hicieron énfasis en corregir a los hermanos que juzgan la fe y rasgar los corazones cerrados por los pecados y abrirlos para que el Divino Creador moldee sus vidas.
“Reconcíliense con Dios, que estos días de la Cuaresma sean para eso, es la fecha, es el momento”, expresó el sacerdote Luis Gutiérrez, párroco de la Catedral de Tegucigalpa.
Los mensajes de reflexión también fueron vertidos por el padre Lenín Cruz, quien de manera enérgica solicitó a los hondureños pasar por un itinerario de conversión y purificación
“Celebramos la Cuaresma para retomar el camino a la santidad y alegría, también para celebrar la Pascua de la Resurrección”, mencionó.
Durante su discernimiento, el religioso argumentó que hay más de 40 días para cumplir las exigencias religiosas y así retomar el camino de la salvación.
Enumeró que es el momento para recuperar el camino correcto, restaurar matrimonios y familias y ayudar a la conversión de los agobiados.
Por su parte, Carlo Magno Núnez, rector de la Basílica de Suyapa, expresó que la preparación de la Semana Mayor es para recordar “el amor que Dios ha tenido con nosotros, al dar todo para salvarnos”.
Recomendó vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo y no pensar en “la gran fiesta o en las vacaciones de verano”.
