Originario del caluroso sur del país, Julio Fernández es un hondureño que migró hacia Estados Unidos buscando el tan anhelado sueño americano y para su suerte se cumplió, pero tuvo que escalar varios peldaños antes de llegar a la cima.
Este compatriota que abandonó en 1985 su natal pueblo de La Laguna, Valle, cuenta en exclusiva a EL HERALDO cómo logró llegar de valet parking (aparcacoches) a dueño de su propio restaurante Spritz Pizzería.
Les adelantamos que su camino no fue nada fácil, tuvo que poner muchos años de esfuerzo, tiempo y dedicación, pero sobre todo realizar su trabajo de la mejor manera posible. Aquí su relato:
Yo migré hacia Estados Unidos en el año 1985 y empecé trabajado en un restaurante de comida italiana como valet parking.
Un día, uno de los muchachos que trabajaba limpiando mesas me presentó al dueño, este me preguntó si quería trabajar doble y yo lógicamente le dije que sí. Empecé limpiando mesas por un tiempo, a los años me dieron la oportunidad de trabajar como mesero; al dueño le gustaba mi trabajo.
Posteriormente me mandó a sacar un curso de bartender y lo saqué, con el tiempo un día me ofrecieron la oportunidad de ascender a manager del restaurante, pero como no sabia italiano no pude tomarlo en ese momento.
Mi jefe agradecido con mi dedicación y desempeño me mandó a Italia para que aprendiera el idioma y de igual manera para que aprendiera a cocinar; hoy puede decir que me siento orgullo de haber aprendido las dos cosas.
Cuando ya manejaba el idioma me dieron el puesto de full manager; y lo desempeñé muy bien. Con el tiempo el dueño del restaurante empezó a abrir más restaurantes; yo era el encargado de abrirlos, pero luego pasé a ser el gerente general de todos los restaurantes.
Llegué a ser el gerente master, luego pensé que ya no había posición más alta que ser el dueño y pues le pregunté al dueño de los restaurantes donde trabajaba si me ayudaba a abrir mi propio restaurante, este me respondió que mejor me vendería uno de los suyos.
Hace nueve años que soy dueño de mi restaurante Spritz Pizzeria, ubicado en unas de las ciudades más prestigiosas de Miami, Coral Gables. Todo se lo debo a Dios y a mi esposa Vilma Fernández que es un pilar importante en mi vida.
Me siento orgulloso de que mi restaurante lo visiten muchos hondueños de nombres muy reconocidos y artista de la farándula, como William Levy.
