Roma, Italia
El descubrimiento de tres cachorros vivos entre los escombros del hotel devastado por una avalancha dio nuevas esperanzas el lunes a los rescatistas, mientras que Italia se preguntaba si la catástrofe, que dejó 6 muertos y 23 desaparecidos, pudo haberse evitado.
'Es una señal de vida importante que nos da esperanza', declaró a la prensa el bombero Fabio Jerman, después de que se salvaran tres perritos, de la raza Pastor de los Abruzos, de color blanco, cuyos progenitores fueron encontrados indemnes el jueves a 4 kilómetros del hotel.
Cinco días después de la tragedia, los socorristas continuaban excavando en la nieve para tratar de encontrar supervivientes en la estructura sepultada.
'Luchamos contra el tiempo, somos conscientes de que hay que ir rápido. Pero la operación se desarrolla en un marco muy poco favorable', admitió el portavoz de los bomberos, Luca Cari.
El viernes, los rescatistas encontraron nueve supervivientes, que dijeron haber pasado 48 horas en medio de la oscuridad, el frío y silencio, chupando nieve para calmar su sed.
Las labores de búsqueda avanzan lentamente y a veces se efectúan simplemente con las manos, por miedo a provocar derrumbes dentro del edificio, sepultado por una avalancha con la fuerza de 4.000 camiones a gran velocidad, según estimaciones de los gendarmes.
Se ha instalado un radar especial en la ladera de la montaña para detectar el avance de cualquier nueva avalancha.
- 'Falta de eficacia' -
El jueves se abrió una investigación judicial por homicidios involuntarios para establecer posibles responsabilidades, recordó el lunes en rueda de prensa la fiscal de Pescara, Christina Tedeschini.
'La investigación acaba de empezar', advirtió, precisando que se estudiaría la apertura y la gestión del hotel, el mantenimiento de los accesos al establecimiento y la organización de los equipos de rescate.
Por el momento, la fiscal se limitó a mencionar 'una falta de eficacia e interferencias' en las comunicaciones el día de la tragedia, precisando que era demasiado pronto para asegurar que una organización mejor hubiera podido salvar vidas.
Antiguo refugio, el hotel abrió sus puertas en 1972 antes de ser transformado, hace diez años, en un elegante establecimiento de 4 estrellas, una reforma que fue objeto de una larga investigación judicial que finalmente fue archivada en noviembre.
'En 70 años, la posibilidad de una avalancha nunca fue tomada en cuenta', aseguró a los medios Massimiliano Giancaterino, exalcalde de Farindola, cuyo hermano falleció en la avalancha.
La zona no estaba considerada de riesgo, confirmó a la prensa Francesco Peduto, presidente del Consejo Nacional de Geólogos.
Dos horas antes del drama, el director del hotel había solicitado una intervención de las autoridades, describiendo en un correo una situación 'preocupante': dos metros de nieve en torno al hotel, la electricidad y la línea telefónica cortadas y clientes aterrorizados por las sacudidas sísmicas de la mañana.
Sin embargo, en el correo no se menciona ningún riesgo de avalancha. Ese día, las autoridades se vieron desbordados por la situación de toda la región: cientos de personas aisladas a causa de nevadas históricas, trenes bloqueados, decenas de miles de hogares sin electricidad y cuatro temblores sísmicos de magnitud superior a 5.
Por su parte, el jefe de gobierno italiano, Paolo Gentiloni, pidió el domingo por la noche que se evite la caza de cualquier 'cabeza de turco': 'La verdad debe servir para que las cosas funcionen mejor, no para un ajuste de cuentas'.
Este lunes por la mañana, más de 8.000 personas, incluyendo miles de militares, seguían movilizadas en el centro de Italia para evacuar a los habitantes de zonas de riesgo, abastecer a aldeas aisladas y restablecer la electricidad, el teléfono o el gas.
El descubrimiento de tres cachorros vivos entre los escombros del hotel devastado por una avalancha dio nuevas esperanzas el lunes a los rescatistas, mientras que Italia se preguntaba si la catástrofe, que dejó 6 muertos y 23 desaparecidos, pudo haberse evitado.
'Es una señal de vida importante que nos da esperanza', declaró a la prensa el bombero Fabio Jerman, después de que se salvaran tres perritos, de la raza Pastor de los Abruzos, de color blanco, cuyos progenitores fueron encontrados indemnes el jueves a 4 kilómetros del hotel.
Cinco días después de la tragedia, los socorristas continuaban excavando en la nieve para tratar de encontrar supervivientes en la estructura sepultada.
'Luchamos contra el tiempo, somos conscientes de que hay que ir rápido. Pero la operación se desarrolla en un marco muy poco favorable', admitió el portavoz de los bomberos, Luca Cari.
El viernes, los rescatistas encontraron nueve supervivientes, que dijeron haber pasado 48 horas en medio de la oscuridad, el frío y silencio, chupando nieve para calmar su sed.
Las labores de búsqueda avanzan lentamente y a veces se efectúan simplemente con las manos, por miedo a provocar derrumbes dentro del edificio, sepultado por una avalancha con la fuerza de 4.000 camiones a gran velocidad, según estimaciones de los gendarmes.
Se ha instalado un radar especial en la ladera de la montaña para detectar el avance de cualquier nueva avalancha.
- 'Falta de eficacia' -
El jueves se abrió una investigación judicial por homicidios involuntarios para establecer posibles responsabilidades, recordó el lunes en rueda de prensa la fiscal de Pescara, Christina Tedeschini.
'La investigación acaba de empezar', advirtió, precisando que se estudiaría la apertura y la gestión del hotel, el mantenimiento de los accesos al establecimiento y la organización de los equipos de rescate.
Por el momento, la fiscal se limitó a mencionar 'una falta de eficacia e interferencias' en las comunicaciones el día de la tragedia, precisando que era demasiado pronto para asegurar que una organización mejor hubiera podido salvar vidas.
Antiguo refugio, el hotel abrió sus puertas en 1972 antes de ser transformado, hace diez años, en un elegante establecimiento de 4 estrellas, una reforma que fue objeto de una larga investigación judicial que finalmente fue archivada en noviembre.
'En 70 años, la posibilidad de una avalancha nunca fue tomada en cuenta', aseguró a los medios Massimiliano Giancaterino, exalcalde de Farindola, cuyo hermano falleció en la avalancha.
La zona no estaba considerada de riesgo, confirmó a la prensa Francesco Peduto, presidente del Consejo Nacional de Geólogos.
Dos horas antes del drama, el director del hotel había solicitado una intervención de las autoridades, describiendo en un correo una situación 'preocupante': dos metros de nieve en torno al hotel, la electricidad y la línea telefónica cortadas y clientes aterrorizados por las sacudidas sísmicas de la mañana.
Sin embargo, en el correo no se menciona ningún riesgo de avalancha. Ese día, las autoridades se vieron desbordados por la situación de toda la región: cientos de personas aisladas a causa de nevadas históricas, trenes bloqueados, decenas de miles de hogares sin electricidad y cuatro temblores sísmicos de magnitud superior a 5.
Por su parte, el jefe de gobierno italiano, Paolo Gentiloni, pidió el domingo por la noche que se evite la caza de cualquier 'cabeza de turco': 'La verdad debe servir para que las cosas funcionen mejor, no para un ajuste de cuentas'.
Este lunes por la mañana, más de 8.000 personas, incluyendo miles de militares, seguían movilizadas en el centro de Italia para evacuar a los habitantes de zonas de riesgo, abastecer a aldeas aisladas y restablecer la electricidad, el teléfono o el gas.