La brecha con la que republicanos y demócratas abordan la política migratoria quedará expuesta cuando el presidente Donald Trump pronuncie el martes su primera alocución ante el Congreso.
Trump tendrá entre sus invitados de honor a Jessica Davis y Susan Oliver, viudas de policías asesinados en 2014 por un inmigrante no autorizado. Entretanto, numerosos integrantes del bloque de legisladores hispanos demócratas estarán acompañados por activistas, familiares de inmigrantes recientemente deportados o por dreamers, tal como se conoce a 750,000 inmigrantes traídos durante su niñez sin autorización a Estados Unidos y que gozan de un alivio migratorio extendido por el expresidente Barack Obama en 2012.
Astrid Silva, uno de esos dreamers, tendrá la responsabilidad de ofrecer la respuesta en español del partido demócrata una vez que Trump concluya su alocución.
Horas antes de pronunciar su discurso, Trump dijo el martes a presentadores televisivos que está dispuesto a considerar una reforma a las leyes migratorias que permita la legalización de numerosas personas que residen en Estados Unidos sin autorización.
Una persona al tanto de la conversación y que solicitó el anonimato por no estar autorizada a conversar con periodistas, señaló que Trump aseguró estar dispuesto a conceder la naturalización de los dreamers y agregó que ' el momento es apropiado' para un proyecto de ley siempre que haya un 'mutuo acuerdo' de ambas partes.
La portavoz de la Casa Blanca Sarah Sanders dijo que Trump 'e stá dispuesto a conversar sobre esto de ahora en adelante'.
Trump denunció la inmigración ilegal durante su campaña electoral y criticó previos intentos de reforma que incluían la opción de la naturalización.
El congresista republicano Mario Díaz Balart dijo estar 'muy entusiasmado' por los comentarios de Trump y en un comunicado agregó que está 'listo para trabajar con la Casa Blanca y otros legisladores de ambos partidos'.
Los dos hijos estadounidenses de Guadalupe García de Rayos, una mexicana deportada en Phoenix a comienzos de mes, le dijeron a Trump que no tienen miedo, pero le pidieron que piense mejor en las consecuencias que las deportaciones tienen para el resto de las familias.
'Deportar a los padres no hace nada. Somos los hijos los que sufrimos', dijo Angel Rayos-Garcia durante una conferencia de prensa organizada por sus anfitriones durante el discurso presidencial, los congresistas demócratas latinos por Arizona, Raúl Grijalva y Rubén Gallego.
'Estoy muy triste porque mi mamá no está. La casa se siente muy sola, pero tengo esperanza. No hay que dejar que la oscuridad lo tumbe a uno. Hay que buscar la luz al final del túnel', indicó el estudiante de secundaria de 16 años de edad junto a su hermana Jackie, de 14 años.
Por su parte, Jackie dijo estar muy triste porque el martes es el cumpleaños 36 de su madre y ahora ella vive en la ciudad mexicana de Guanajuato.
Gallego dijo que invitó a los adolescentes para mostrar las víctimas de lo que calificó como una política migratoria 'irresponsable' del gobierno Trump, por intensificar las deportaciones de inmigrantes sin permiso, aún de quienes no han cometido crímenes.
'Estamos hablando de personas reales, situaciones reales, separaciones reales, temor real en la comunidad inmigrante', dijo el congresista Grijalva. 'Necesitamos hacer algo que sea compasivo y justo para la gente'.
El flamante presidente del partido demócrata, Tom Pérez, lanzó el martes una campaña, Rostros del Plan de Deportaciones Masivas de Trump, con la intención de crear una base de datos con testimonios de personas afectadas por la nueva política migratoria.
'Donald Trump miente. Dice que sólo busca criminales violentos cuando en realidad su fuerza de deportación arresta miembros notables de la comunidad y separa familias', dijo. 'No permitiremos que este gobierno mantenga sus historias en la oscuridad. Debemos avanzar juntos y rechazar la maldad que sufren los inmigrantes en este país'.
Pérez, el primer latino en presidir al partido demócrata y quien obtuvo el cargo el sábado, compareció en un evento organizado por Latino Victory Fund, importante financista de campañas electorales demócratas.