CIUDAD JUÁREZ, MÉXICO.- El muro de acero fronterizo de más de 5 metros de altura construido entre
la mexicana Ciudad Juárez y Nuevo México, Estados Unidos, se abrió por primera vez este sábado para permitir que unas 250 familias pudieran abrazarse durante cuatro minutos, constató la AFP.
'Un muro que se pintó como impenetrable y racista hoy se doblegó ante el amor y la esperanza de las familias', declaró a la AFP Fernando García, director de la estadounidense Red Fronteriza por los Derechos Humanos, que por quinta ocasión organiza este emotivo evento bajo el lema 'Abrazos No Muros'.
'Un muro que se pintó como impenetrable y racista hoy se doblegó ante el amor y la esperanza de las familias', declaró a la AFP Fernando García, director de la estadounidense Red Fronteriza por los Derechos Humanos, que por quinta ocasión organiza este emotivo evento bajo el lema 'Abrazos No Muros'.
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Durante cuatro minutos, unos 1.500 migrantes que viven en Estados Unidos pudieron abrazar, reír, llorar y mirarse frente a frente con una cantidad similar de familiares que habitan en México.
Una de las familias que aprovecharon la oportunidad fue la de Josefa Magalde, de 46 años.
'La cercanía de las ciudades nos ha ayudado a no sentirnos tan alejados, pero estoy muy contenta de poder abrazarlos', comentó a la AFP Magalde, que vive en Ciudad Juárez, antes de correr a abalanzarse sobre sus primos que residen en El Paso, Texas, y a quienes no había podido tocar desde hacía cinco años.
Identificados con playeras azules quienes viven en Estados Unidos y con playeras blancas las familias provenientes de México, hijos, nietos y primos aprovecharon los escasos cuatro minutos para tomarse fotografías antes de ser separados por órdenes de los agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y la Policía Federal mexicana.
'No nos basta el tiempo, pero satisfechos y muy contentos por esta oportunidad', concluyó Magalde, quien no cuenta con documentos para ingresar de manera legal al vecino país, al observar cómo su familia, que tampoco tiene papeles para entrar y salir libremente de territorio estadounidense, cruzaba nuevamente la puerta para regresar a Estados Unidos.
Familias 'que han sido separadas, niños de sus padres, esposos, hermanos hoy se unieron (...). Espero que llegue el mensaje al nuevo gobierno de México (de Andrés Manuel López Obrador, que inicia el 1 de diciembre), que entienda que tiene que tener una defensa férrea, inobjetable de los derechos de las familias inmigrantes', demandó García.
Más de 500.000 personas cruzan clandestinamente la frontera sur de México cada año en su intento por llegar a Estados Unidos, según datos de Naciones Unidas.
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