SAN SALVADOR, EL SALVADOR.- Cargados de frustración se marcharon el lunes cientos de personas que buscaban llenar una solicitud para obtener una visa temporal de trabajo que El Salvador anunció que está negociando con
Estados Unidos.
“Me voy desilusionada, mis sueños se rompieron. Hoy me levanté muy temprano, desperté a mi hija y le dije ‘vamos a buscar la visa de trabajo para ir a Estados Unidos’, pero nos dijeron que no van a tomar datos, que nos van a llamar cuando ya esté el acuerdo”, dijo a The Associated Press Dalia Palacios, de 30 años, quien había llegado hasta el Ministerio de Trabajo en San Salvador desde el municipio de Quezalpeque, unos 25 kilómetros al noreste.
Desde que el ministro de Trabajo Rolando Castro informó hace dos semanas que se negocia un convenio que permitiría que en un primer contingente unos 1,000 salvadoreños puedan viajar a Estados Unidos como trabajadores agrícolas miles de personas se han presentado en el ministerio y en sus oficinas regionales.
Pero por ahora sólo pueden completar sus datos para la llamada “Bolsa de Empleos” para obtener un trabajo en el país. Recién cuando se suscriba el convenio con Estados Unidos el ministerio hará la convocatoria pública para postularse para las visas temporales de trabajo.
“Aquí nos están ofreciendo trabajos en el país, pero con esto no salgo de nada”, dijo Luis Antonio Rivera, un campesino de 43 años. “Ya casi nos estamos muriendo de hambre porque con lo que ganamos no alcanza para sostener a la familia”, agregó el hombre que junto con otros cinco amigos llegaron desde el departamento de La Libertad, al noreste de San Salvador.
Rivera trabaja cultivando maíz, frijoles y sorgo, pero los seis dólares que recibe de salario al día “no me alcanzan para vivir”.
“Yo tengo la ilusión de irme, yo quiero trabajar en Estados Unidos. Me voy triste pero voy a regresar cuando llamen, porque aquí la vida está muy fregada (difícil), no hay trabajo y la delincuencia está grave”, agregó Oscar Josué Hernández Díaz, de 30 años.
El ministro Castro dijo que el convenio podría firmarse en los próximos días en la Casa Presidencial y alertó a los salvadoreños que no se dejen engañar por personas inescrupulosas que ofrecen conseguir los ansiados permisos a cambio de dinero.
El funcionario afirmó que el programa busca paliar el desempleo que en algunas zonas llega al 90% de la población económicamente activa y que Estados Unidos necesita mano de obra en el sector agrícola.
Castro también informó que “estamos tocando puertas” en otras embajadas como las de Australia y Canadá para buscar oportunidades de trabajo para los salvadoreños.
Ana Gloria Navarrete, una madre soltera de 40 años, fue una de las primeras personas en ingresar al Ministerio de Trabajo tras pasar más de tres horas “con hambre pero con mucha esperanza”.
Ella y su hermano José Rigoberto llegaron desde Guazapa, zona que fue escenario de cruentos combates durante la guerra civil salvadoreña (1980-1992).
“Yo lo que quiero es irme a trabajar a Estados Unidos. Soy mujer, madre soltera, tengo tres hijos que mantener, pero soy buena para trabajar, yo conozco todo el trabajo de la agricultura”, dijo Navarrete.
Abigail Franco, de 21 años y con un hijo de dos, busca un empleo en Estados Unidos para poder ayudar a su padre que sufrió un derrame cerebral y a su madre, que padece una insuficiencia renal. Si no logra una de las visas, dijo, buscará enrolarse en las fuerzas armadas.
Se estima que al menos 300 salvadoreños salen cada día del país de forma irregular en busca del “sueño americano”, pero las cifras habrían bajado desde que el gobierno estadounidense extremó las medidas para evitar el ingreso de migrantes a su territorio.
En su reciente visita al país el secretario de Estado, Mike Pompeo, reconoció los esfuerzos del gobierno salvadoreño para combatir las causas de la migración irregular y señaló que este año El Salvador disminuyó en un 37% la migración ilegal hacia Estados Unidos y que desde la llegada al poder del presidente Nayib Bukele en junio han sido arrestados 69 traficantes de personas.
“Me voy desilusionada, mis sueños se rompieron. Hoy me levanté muy temprano, desperté a mi hija y le dije ‘vamos a buscar la visa de trabajo para ir a Estados Unidos’, pero nos dijeron que no van a tomar datos, que nos van a llamar cuando ya esté el acuerdo”, dijo a The Associated Press Dalia Palacios, de 30 años, quien había llegado hasta el Ministerio de Trabajo en San Salvador desde el municipio de Quezalpeque, unos 25 kilómetros al noreste.
Desde que el ministro de Trabajo Rolando Castro informó hace dos semanas que se negocia un convenio que permitiría que en un primer contingente unos 1,000 salvadoreños puedan viajar a Estados Unidos como trabajadores agrícolas miles de personas se han presentado en el ministerio y en sus oficinas regionales.
Pero por ahora sólo pueden completar sus datos para la llamada “Bolsa de Empleos” para obtener un trabajo en el país. Recién cuando se suscriba el convenio con Estados Unidos el ministerio hará la convocatoria pública para postularse para las visas temporales de trabajo.
“Aquí nos están ofreciendo trabajos en el país, pero con esto no salgo de nada”, dijo Luis Antonio Rivera, un campesino de 43 años. “Ya casi nos estamos muriendo de hambre porque con lo que ganamos no alcanza para sostener a la familia”, agregó el hombre que junto con otros cinco amigos llegaron desde el departamento de La Libertad, al noreste de San Salvador.
Rivera trabaja cultivando maíz, frijoles y sorgo, pero los seis dólares que recibe de salario al día “no me alcanzan para vivir”.
“Yo tengo la ilusión de irme, yo quiero trabajar en Estados Unidos. Me voy triste pero voy a regresar cuando llamen, porque aquí la vida está muy fregada (difícil), no hay trabajo y la delincuencia está grave”, agregó Oscar Josué Hernández Díaz, de 30 años.
El ministro Castro dijo que el convenio podría firmarse en los próximos días en la Casa Presidencial y alertó a los salvadoreños que no se dejen engañar por personas inescrupulosas que ofrecen conseguir los ansiados permisos a cambio de dinero.
El funcionario afirmó que el programa busca paliar el desempleo que en algunas zonas llega al 90% de la población económicamente activa y que Estados Unidos necesita mano de obra en el sector agrícola.
Castro también informó que “estamos tocando puertas” en otras embajadas como las de Australia y Canadá para buscar oportunidades de trabajo para los salvadoreños.
Ana Gloria Navarrete, una madre soltera de 40 años, fue una de las primeras personas en ingresar al Ministerio de Trabajo tras pasar más de tres horas “con hambre pero con mucha esperanza”.
Ella y su hermano José Rigoberto llegaron desde Guazapa, zona que fue escenario de cruentos combates durante la guerra civil salvadoreña (1980-1992).
“Yo lo que quiero es irme a trabajar a Estados Unidos. Soy mujer, madre soltera, tengo tres hijos que mantener, pero soy buena para trabajar, yo conozco todo el trabajo de la agricultura”, dijo Navarrete.
Abigail Franco, de 21 años y con un hijo de dos, busca un empleo en Estados Unidos para poder ayudar a su padre que sufrió un derrame cerebral y a su madre, que padece una insuficiencia renal. Si no logra una de las visas, dijo, buscará enrolarse en las fuerzas armadas.
Se estima que al menos 300 salvadoreños salen cada día del país de forma irregular en busca del “sueño americano”, pero las cifras habrían bajado desde que el gobierno estadounidense extremó las medidas para evitar el ingreso de migrantes a su territorio.
En su reciente visita al país el secretario de Estado, Mike Pompeo, reconoció los esfuerzos del gobierno salvadoreño para combatir las causas de la migración irregular y señaló que este año El Salvador disminuyó en un 37% la migración ilegal hacia Estados Unidos y que desde la llegada al poder del presidente Nayib Bukele en junio han sido arrestados 69 traficantes de personas.