EL PASO, ESTADOS UNIDOS- Cientos de personas asistieron el viernes al memorial de una mujer que nunca habían conocido, víctima del
tiroteo en El Paso a principios de mes, después de que su esposo abriera el servicio al público.
Cuando Margie Reckard, de 63 años, murió en el tiroteo que mató a 22 personas en un Walmart de la ciudad fronteriza de Texas el 3 de agosto, su esposo Antonio Basco pensó que tendría que enterrarla solo, según los medios locales.
Por eso el hombre de 61 años, casado con Reckard por más de dos décadas y sin familia propia, decidió que 'todos eran bienvenidos' a la ceremonia, lo que fue publicado en la web de la funeraria.
El resultado fue que terminó recibiendo una avalancha de unos 10.000 mensajes y más de 900 arreglos florales, algunos de lugares tan lejanos como Asia, según The New York Times.
Y el viernes, unas 700 personas esperaron en fila bajo un calor de casi 38°C para presentar sus respetos.
La abrumadora respuesta implicó que el servicio, que incluía una banda de mariachis y canto, fuera reubicado en una instalación más grande.
'Esto es increíble', dijo Basco, quien lloraba al saludar a los inesperados dolientes, según mostró un video publicado por los medios locales.
El viudo ha estado dejando flores todos los días en el memorial a las víctimas frente a la tienda Walmart donde se produjo el tiroteo, informaron los medios.
Mientras que algunos de los asistentes habían viajado desde otras ciudades o incluso estados para el servicio, muchos eran miembros de la comunidad sacudidos por el acto de violencia que puso a su ciudad en el centro de atención nacional.
Reckard será enterrada a las 9H00 locales del sábado en el cementerio Restlawn en El Paso.
Antes del tiroteo, el atacante de 21 años había publicado en línea un manifiesto supremacista blanco denunciando una 'invasión hispana' de Texas.
El Paso se encuentra sobre el río Grande, que marca la frontera de Estados Unidos con México. El 83% de sus 680.000 habitantes son de ascendencia hispana.
El tiroteo ocurrió horas antes de que en Dayton, Ohio, un hombre disparara y matara a nueve personas, reavivando los llamados para un control de armas en Estados Unidos.
Cuando Margie Reckard, de 63 años, murió en el tiroteo que mató a 22 personas en un Walmart de la ciudad fronteriza de Texas el 3 de agosto, su esposo Antonio Basco pensó que tendría que enterrarla solo, según los medios locales.
Por eso el hombre de 61 años, casado con Reckard por más de dos décadas y sin familia propia, decidió que 'todos eran bienvenidos' a la ceremonia, lo que fue publicado en la web de la funeraria.
El resultado fue que terminó recibiendo una avalancha de unos 10.000 mensajes y más de 900 arreglos florales, algunos de lugares tan lejanos como Asia, según The New York Times.
Y el viernes, unas 700 personas esperaron en fila bajo un calor de casi 38°C para presentar sus respetos.
La abrumadora respuesta implicó que el servicio, que incluía una banda de mariachis y canto, fuera reubicado en una instalación más grande.
'Es increíble'
'Esto es increíble', dijo Basco, quien lloraba al saludar a los inesperados dolientes, según mostró un video publicado por los medios locales.
El viudo ha estado dejando flores todos los días en el memorial a las víctimas frente a la tienda Walmart donde se produjo el tiroteo, informaron los medios.
Mientras que algunos de los asistentes habían viajado desde otras ciudades o incluso estados para el servicio, muchos eran miembros de la comunidad sacudidos por el acto de violencia que puso a su ciudad en el centro de atención nacional.
Ceremonia
Basco no tuvo hijos, pero sí ella, de un matrimonio anterior, y éstos acudieron a la ceremonia, según los medios.Reckard será enterrada a las 9H00 locales del sábado en el cementerio Restlawn en El Paso.
Antes del tiroteo, el atacante de 21 años había publicado en línea un manifiesto supremacista blanco denunciando una 'invasión hispana' de Texas.
El Paso se encuentra sobre el río Grande, que marca la frontera de Estados Unidos con México. El 83% de sus 680.000 habitantes son de ascendencia hispana.
El tiroteo ocurrió horas antes de que en Dayton, Ohio, un hombre disparara y matara a nueve personas, reavivando los llamados para un control de armas en Estados Unidos.