En momentos en los que el gobierno federal tiene problemas para justificar su ataque con dron que provocó la muerte del general iraní Qassem Soleimani, Esper y otros funcionarios trataron de reenfocar la atención a las voces de descontento en Irán.
Esper señaló que las protestas callejeras en Teherán mostraban que los iraníes quieren un gobierno que rinda más cuentas luego de que los dirigentes negaron y posteriormente admitieron haber derribado un avión de pasajeros ucraniano.
El incidente ocurrió poco tiempo después de que Irán lanzó misiles contra bases estadounidenses en Irak en represalia por el asesinato de Soleimani.
“Pueden ver que los iraníes están defendiendo y haciendo valer sus derechos, sus aspiraciones por un mejor gobierno, un régimen diferente”, comentó Esper.
El domingo se presentó en dos programas de noticias mientras el asesor de seguridad nacional Robert O’Brien fue entrevistado en otros tres, llevando a cabo la campaña de la Casa Blanca para imponer una “máxima presión” sobre Teherán para que cambie su conducta.
O’Brien insinuó que Estados Unidos considera este momento como una oportunidad para intensificar aún más la presión sobre los dirigentes de Irán, con quienes Estados Unidos ha estado en desacuerdo durante cuatro décadas.
Los líderes iraníes ya se encuentran bajo una enorme presión a causa de unas sanciones económicas que han sofocado virtualmente su principal fuente de ingresos: las exportaciones de petróleo.
Trump también se encuentra bajo presión debido a que enfrenta un juicio político en el Senado.
Muchos legisladores están molestos por su manejo de la política hacia Irán, quejándose de que el gobierno no los consultó antes de perpetrar el ataque el 3 de enero que provocó la muerte del general más poderoso de Irán, así como de no haberlos informado correctamente tras el evento.
El mandatario estadounidense complicó el debate luego de que comentó al canal Fox News que tenía que atacar rápidamente debido a que información de inteligencia mostraba que Irán estaba a punto de atacar cuatro embajadas del país.
Tanto Esper como O’Brien dijeron que estaban de acuerdo en que Irán podría haber atacado más de una embajada de Estados Unidos en la capital iraquí.
Pero cuando le preguntaron a Esper si había una prueba contundente sobre ello respondió: “No vi una en lo que concierne a cuatro embajadas”. Y en respuesta a una pregunta sobre si Trump estaba “adornando” la amenaza Esper dijo: “No lo creo”.