Durante su rueda de prensa diaria en la Casa Blanca, Trump dijo que le comentó a Kemp que tenía sus dudas respecto a su plan, pero que no se entrometería.
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“La gente de Georgia... han sido fuertes, determinados, pero al mismo tiempo él debe hacer lo que considera que es correcto”, dijo Trump sobre Kemp. “Quiero que haga lo que cree que es lo correcto. Pero no estoy de acuerdo con lo que está haciendo. Pero creo que abrir spas, estéticas, barberías y estudios de tatuajes en la primera fase... es demasiado pronto”.
Una portavoz de Kemp no respondió de momento una solicitud de comentario.
Además del desacuerdo de Trump, el plan de Georgia para empezar a reactivar la economía de Georgia enfrenta dos grandes obstáculos: los problemas del estado para incrementar el volumen de pruebas de diagnóstico del nuevo coronavirus y reforzar el rastreo de personas que entraron en contacto con individuos infectados.
Sin esas dos capacidades, los expertos aseguran que Georgia corre el riesgo de un rápido resurgimiento de casos de Covid-19 cuando Kemp permita la reapertura de algunos comercios en los próximos días. La decisión del gobernador ha sido cuestionada debido a que el estado aún no muestra un progreso constante en esas dos áreas, y podría ser difícil ponerse al corriente.
“El virus avanza más rápido que el gobierno', dijo la doctora Jennifer Nuzzo, epidemióloga en el Centro Johns Hopkins para la Seguridad en Salud. “Así que si tuviera que apostar quién va a tener la delantera, sería el virus”.
Georgia se encuentra entre los 10 peores estados en análisis per cápita. Después de incrementar su capacidad, el número de pruebas administradas en Georgia es de entre 3,500 y 4,000 al día. Sin embargo, el miércoles el estado reportó casi 6,000 pruebas en un lapso de 24 horas, y Kemp indicó en una conferencia telefónica con la senadora federal Kelly Loeffler que Georgia estaba “realmente incrementando” su capacidad.
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