Andrea Circle Bear, de 30 años, murió el martes, alrededor de un mes después de que la hospitalizaran mientras cumplía una sentencia de 26 meses por mantener un local relacionado con drogas.
Hasta el martes, más de 1,700 presidiarios federales han dado positivo a pruebas de COVID-19. Unos 400 se han recuperado.
CifraLa mujer se convirtió en la 29na reclusa federal que fallece en custodia de la Oficina de Prisiones desde finales de marzo. |
Circle Bear fue trasladada primero el 20 de marzo de una prisión en Dakota del Sur al Centro Médico Federal de Carswell, una prisión federal en la que se atiende médicamente a reclusas en Fort Worth, Texas. Como reclusa nueva en el sistema presidiario federal, la mujer fue puesta en cuarentena de acuerdo al plan de la Oficina de Prisiones para reducir la propagación del coronavirus.
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Fue trasladada a un hospital local el 28 de marzo por “posibles preocupaciones relacionadas con su embarazo”, pero la dieron de alta el mismo día y la regresaron a prisión, dijeron las autoridades. Tres días después, personal médico de la prisión decidió que debía regresar al hospital porque tenía fiebre, tos seca y otros síntomas, según la Oficina de Prisiones.
Circle Bear fue intubada el mismo día que llegó al hospital y su bebé nació mediante cesárea al siguiente día, dijeron las autoridades. Días después, el 4 de abril, dio positivos en pruebas de COVID-19.
La Oficina de Prisiones no reveló información sobre la salud del bebé.
Debido a su embarazo, Circle Bear era una persona vulnerable al virus, pero su excarcelación no fue considerada una prioridad conforme a las directrices de la Oficina de Prisiones y del Departamento de Justicia que ponen en confinamiento domiciliario a reclusos frenar la propagación del coronavirus. La mujer ya estaba intubada cuando el Departamento de Justicia distribuyó a principios de abril un memorando que ampliaba el confinamiento domiciliario.
