Los llamados secuestros virtuales son un crimen habitual en México. Los atacantes vigilan a las víctimas y, cuando estás se encuentran incomunicadas, las aterrorizan y les empiezan a exigir dinero, directamente o a través de sus familiares.
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En un comunicado divulgado la medianoche del martes, la fiscalía de la capital explicó que los profesionales sanitarios estaban en dos hoteles en la zona de Tacubaya, al oeste de la ciudad, y que fueron 'extorsionados telefónicamente por personas que les informaban que tenían retenidos a sus familiares y que, si no les depositaban cierta cantidad de dinero, les harían daño'.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indicó en un comunicado que el secuestro virtual afectó a un grupo de 13 de 17 enfermeros y enfermeras afiliados a esta entidad que llegaron a la capital para ayudar en la epidemia de Covid-19 procedentes del estado norteño de Nuevo León.
Los enfermeros dijeron estar privados de su libertad cuando llegaron las fuerzas de seguridad a liberarlos pero el vocero de la fiscalía, Ulises Lara, explicó el miércoles en declaraciones a Imagen TV, que lo que se investiga es un delito de extorsión.
Según el comunicado del IMSS, las amenazas se realizaron en todo momento por llamadas o videollamadas.
'Para amedrentar al personal de salud, los delincuentes les advirtieron que tenían el control de las cámaras del hotel donde se hospedaban y que si salían a la calle atentarían contra sus vidas'.
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La tarde del martes, llegaron a las inmediaciones de los hoteles personal de la Guardia Nacional y de la Fiscalía Antisecuestros de la Ciudad de México para atender la denuncia.
Las autoridades fueron puestas en alerta por familiares de las víctimas.
Según el comunicado de la fiscalía, la policía estaba investigando el secuestro de una persona originaria del estado sureño de Chiapas cuando al llegar a los hoteles encontraron a todo el grupo.
Los profesionales de la salud han sido objeto de acoso y hostigamiento desde que empezó la epidemia del nuevo coronavirus porque algunas personas temían que les pudieran contagiar el virus.
Sin embargo, son ellos los más afectados por el Covid-19 porque además de trabajar a destajo y, en ocasiones, con escaso equipo protector, representan el 20% de los más de 54.300 contagiados confirmados en México, según las últimas cifras oficiales.