En lo que va del año, las autoridades rosarinas registran 146 homicidios y en lo que va de septiembre se contabilizan 18 asesinatos de forma violenta, dejando un preocupante promedio de una muerte por día.
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Sin embargo, hay algo que inquieta bastante a las autoridades policiales y es que muchas de las víctimas son personas ajenas a los objetivos de los sicarios, como el caso de una menor de 14 años hija de un policía que el pasado lunes recibió un impacto de bala en la cabeza tras una ráfaga de disparos hacia casas vecinas.
Este fenómeno tiene varias causas, y una de las principales es la guerra que existe entre bandas de narcotraficantes que se disputan a balazos los diferentes territorios en los barrios de Rosario.
Estas disputas el único lenguaje que tienen es la violencia, en donde la zona sur de la ciudad se ha convertido en una auténtica “zona de guerra”.
Los delincuentes que perpetúan estos violentos ataques incluso tienen contemplada la posibilidad de que personas inocentes pierdan la vida, ya que consideran que está dentro del “margen error” en medio de sus actos delictivos.
Otro caso que conmocionó a la población rosarina es el de Emiliano Soto, que a sus 18 años jugaba al fútbol con el Argentino de Rosario y recibió dos balazos el pasado fin de semana mientras se conducía en su motocicleta. Varias hipótesis afirman que los sicarios lo habrían confundido con otra persona.
Esta escalada en la violencia ha preocupado mucho a las autoridades de los ministerios de Seguridad y Salud, ya que en Rosario la pandemia del coronavirus ha provocado que el sistema sanitario público y privado esté al borde del colapso hospitalario.
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En los últimos días han surgido dos situaciones que podrían servir de parámetros para explicar la escalada de violencia que se vive en la ciudad, una de ellas es la restricción al negocio del narcotráfico, pues hay menos dinero en las calles y las disputas son por territorio, además hace dos semanas la policía reveló una alianza entre cuatro jefes de distintas organizaciones criminales.
Casualmente, estas bandas criminales son enemigos de “Los Monos”, un grupo delictivo que por años ha causado el pánico en Rosario.
La banda de 'Los Monos' es liderada por Ariel Máximo “Guille” Cantero y sus principales fuentes de ingresos son la venta de narcóticos y la extorsión a comerciantes y sindicatos.
La guerra entre bandas criminales deja números escalofriantes como 146 homicidios, de los cuales nueve fueron por robo, 37 por “conflictos interpersonales”, 70 ligados al crimen organizado y 28 aún siguen bajo investigación.
La mayor parte de las víctimas tiene edades de entre 20 y 24 años, seguidos por la franja de entre 25 y 29.
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Mecánica Mafiosa
Los crímenes por lo general siguen la misma mecánica mafiosa, en donde los sicarios ejecutan a su víctima desde un vehículo en movimiento, algo que explica que 116 de 146 muertes se han dado en la vía pública.Otro dato relevante es el mercado negro de balas y armas de fuego, el cual prolifera en los barrios más vulnerables de Rosario y a veces este es apoyado por la misma policía. Hasta la fecha han sido incautadas más de 2,000 armas en la provincia.
Los asesinatos generalmente se traducen en la antesala de búsqueda de venganza, desencadenando balaceras y probablemente un nuevo crimen.
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Hay muchos casos que durante los entierros las bandas criminales llegan a cruzarse e intercambian disparos, dejando en clara evidencia que la policía no tiene la capacidad para poder resguardar las calles de Rosario.
Septiembre, el peor mes de todos
En lo que va de septiembre, se han registrado 18 homicidios, siendo este mes el más violento de los últimos 6 años.Entre el 8 y el 15 de septiembre, 12 personas fueron asesinados en Rosario, Granadero Baigorria y Villa Gobernador Gálvez, lo que provocó que policías en servicio, sus familiares y uniformados retirados llevaran a cabo una protesta en la Jefatura de la Unidad Regional.
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La protesta duró hasta el viernes 11 de septiembre luego de que les prometieron que serían escuchados a principios de esta semana, sin embargo, esto nunca ocurrió.