Lyubov Sobol recibió una sentencia suspendida de servicio comunitario. Sobol es una dirigente política y figura clave de la agrupación que dirige Navalny, La Fundación Anticorrupción.
Sobol condenó el veredicto como “una vergüenza” y aseguró que apelará la decisión.
“Y mientras tanto ni siquiera se ha abierto un caso (penal) sobre el intento de matar a Navalny”, expresó Sobol en un tuit.
Navalny, de 44 años, es el principal opositor del presidente Vladimir Putin. Fue arrestado en enero, tan pronto llegó a Moscú procedente de Alemania, donde estuvo cinco meses recuperándose de un envenenamiento con una neurotoxina. Navalny acusa al Kremlin por el envenenamiento. Las autoridades rusas insisten que no estuvieron involucradas.
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En febrero un tribunal sentenció a Navalny a dos años y medio de cárcel por violar las condiciones de su libertad vigilada al ir a Alemania a atenderse el envenenamiento, y por una acusación de malversación de fondos que data de 2014. Navalny rechaza las acusaciones y la Corte Europea de Derechos Humanos ha denunciado que el proceso en su contra es “arbitrario y evidentemente irrazonable”.
En diciembre, aun convalesciente en Alemania, Navalny difundió la grabación de una llamada telefónica que según dijo hizo a alguien llamado Konstantin Kudryavtsev, supuesto miembro de un grupo de oficiales del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), quien habría participado en el intento de envenenarlo.
En la llamada, Navalny se hace pasar como funcionario de seguridad y convence al interlocutor para que comparta detalles del operativo de envenenamiento. El individuo admite que participó en el “procesamiento” de la ropa interior de Navalny “para que no queden rastros” del veneno.
Tras la difusión de la grabación, Sobol fue al edificio en Moscú donde supuestamente vivía Kudryavtsev.
El miércoles, Sobol se dirigió al tribunal para denunciar que el caso en su contra “es puro engaño” y no es más que una trama para impedirle obligar a Kudryavtsev a que responda por sus acciones.
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