El estado se ha convertido en el nuevo epicentro nacional del virus, debido a que acumula una quinta parte de todas las infecciones nuevas en Estados Unidos, donde continúa propagándose la variante delta altamente contagiosa.
El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, se ha resistido a ordenar el uso obligatorio de mascarillas y la aplicación forzosa de las vacunas y junto con la legislatura estatal ha limitado la capacidad de las autoridades locales para imponer restricciones tendentes a frenar la propagación del COVID-19. DeSantis prohibió el viernes a los distritos escolares que obliguen a los estudiantes a llevar puesta mascarilla cuando se reanuden las clases el mes entrante.
La cifra más reciente de contagios fue registrada el viernes y difundida el sábado en el portal digital de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés). El total muestra la rapidez del aumento de los casos en el estado: tan solo un día antes, Florida acumuló 17,093 casos nuevos diarios. La cifra anterior más alta de contagios en Florida, 19,334, tuvo lugar el 7 de enero, antes de la disponibilidad generalizada de las vacunas.
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El estado informó haber tenido esta semana 409 muertes relacionadas con el COVID-19, para un total de más de 39,000 desde su primera en marzo de 2020. El mayor número de fallecimientos en un periodo de siete días en el estado ocurrió a mediados de agosto de 2020, con 1,266. Las muertes habitualmente se presentan después de un aumento de las hospitalizaciones durante varias semanas.
DeSantis considera que el aumento se debe a un alza estacional, porque un número mayor de habitantes de Florida permanecen en interiores debido al clima caluroso y los sistemas de aire acondicionado mantienen al virus en circulación. Alrededor de 60% de la población del estado de 12 años o más está vacunada, lo que sitúa a Florida en la parte intermedia entre los estados.
La Asociación de Hospitales de Florida indicó el viernes que las hospitalizaciones por COVID-19 en el estado se están acercando a su pico del año pasado, y uno de los sistemas de salud más grande del estado, AdventHealth’s Central Florida Division, avisó esta semana que dejaría de efectuar cirugías que no fueran de emergencia a fin de liberar recursos para los pacientes de COVID-19.