El Talibán tomó Kabul el domingo después que el presidente Ashraf Ghani huyó del país, marcando el fin de una costosa campaña de dos décadas de Estados Unidos para rehacer al país. Las fuerzas de seguridad del país, entrenadas por Occidente, se desplomaron en cuestión de días, incluso antes de la retirada de los últimos soldados estadounidenses.
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Miles de afganos temerosos de un regreso del Talibán al poder están tratando de escapar del país por el aeropuerto en Kabul. Videos en redes sociales mostraron a centenares de personas corriendo por la pista mientras soldados estadounidenses hacían disparos al aire. Otro video mostraba a una muchedumbre empujándose escalera arriba, tratando de abordar un avión, con algunas personas colgadas de las barandas.
La embajada estadounidense fue evacuada y la bandera arriada, con los diplomáticos trasladándose al aeropuerto para ayudar con la evacuación. Otros países occidentales también cerraron sus misiones y estaban sacando del país a personal y civiles.
En Madrid, el ministro del Interior español dijo el lunes que el personal de su embajada, los empleados afganos y policías españoles seguían en el aeropuerto en Kabul esperando repatriación. Dos aviones en ruta a Dubai habían despegado de la base militar de Zaragoza, dijo el ministro Fernando Grande-Marlaska en declaraciones a la radioemisora Cadena SER.
“La embajada se ha trasladado a todo el personal y a los miembros de protección, de la Policía Nacional, al aeropuerto. Se encuentran desde ayer allí pendientes de la repatriación. Hoy salían dos aviones para proceder a su repatriación y de otros ciudadanos que han colaborado con nosotros. Es de interés importante darles la seguridad necesaria. Será lo antes posible, el objetivo es que retornen tantos nuestros ciudadanos como los afganos que han colaborado lo antes posible”, dijo.
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Para la mañana, La Autoridad de Aviación Civil de Afganistán dijo que la “parte civil” del aeropuerto estaba “cerrada hasta nuevo aviso” y que las fuerzas armadas controlaban el espacio aéreo.
El espacio aéreo afgano es usado a menudo por aviones en vuelos de larga distancia que vuelan entre el lejano oriente y Occidente. El lunes por la mañana, los datos de monitoreo no mostraron vuelos comerciales sobre el país.
La capital estaba en una tensa calma, con la mayoría de los habitantes refugiados en sus viviendas. Había reportes aislados de saqueos y hombres armados tocando a puertas. El Talibán liberó a miles de prisioneros en su avance por todo el país.
Conforme caía la noche, los talibanes se desplegaron en todo Kabul, tomando el control de los puestos de la policía abandonados y comprometiéndose a mantener el estado de derecho durante la transición. Los habitantes informaron de saqueos en partes de la ciudad, incluyendo en el exclusivo distrito diplomático. En mensajes difundidos en las redes sociales se recomendaba a la gente permanecer en sus casas y atrancar sus puertas.
En una espectacular ofensiva, el Talibán capturó casi todo Afganistán en algo más de una semana, pese a los cientos de miles de millones de dólares gastados por Estados Unidos y la OTAN durante casi 20 años para reforzar a las fuerzas de seguridad afganas. Apenas días antes, una evaluación militar estadounidense estimó que la capital no sería objeto de presión de los insurgentes durante un mes.
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La caída de Kabul marca el último capítulo de la guerra más larga de Estados Unidos, la cual comenzó después de los atentados del 11 de septiembre. Washington encabezó una invasión con la que el Talibán fue sacado del poder y obligado a replegarse, pero los estadounidenses se distrajeron del conflicto debido al caos de la guerra de Irak.
Durante años, Estados Unidos buscó salir de Afganistán. El presidente Donald Trump firmó un trato con el Talibán en febrero de 2020 que limitaba las acciones militares directas contra los insurgentes. Eso permitió a los combatientes fortalecerse y maniobrar rápidamente para asumir el control de zonas cruciales cuando el presidente Joe Biden anunció sus planes de retirar a todas las fuerzas estadounidenses a finales de este mes.
Después de que los insurgentes ingresaron a Kabul, los negociadores del Talibán debatían una transferencia del poder, dijo un funcionario afgano. Éste, que solicitó el anonimato para poder hacer declaraciones sobre las negociaciones a puerta cerrada, dijo que eran “tensas”.
Se desconocía de momento la fecha en que tendría lugar la transferencia del poder y quién estaba negociado por los talibanes. Los negociadores por el gobierno incluían al expresidente Hamid Karzai; el dirigente del grupo político y paramilitar Hizb-e-Islami, Gulbudin Hekmatyar, y Abdulá, abierto crítico de Ghani.
Karzai apareció en un video publicado en internet, acompañado por sus tres hijas jóvenes, diciendo que permaneció en Kabul.
“Estamos tratando de solucionar pacíficamente el problema de Afganistán con el liderazgo Talibán”, declaró.
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