Si resulta aprobado por las autoridades, sería la primer pastilla para el tratamiento del COVID, sumando una nueva arma sencilla de utilizar a un arsenal que ya incluye la vacuna contra el Covid-19.
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La compañía anunció que en breve solicitará a las autoridades de salud de Estados Unidos y otros países que avalen la utilización de la píldora. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) podría emitir una decisión semanas después de eso, y si da el visto bueno, la píldora podría ser distribuida rápidamente.
Todas las demás terapias actuales contra el Covid autorizadas en Estados Unidos requieren de una inyección o de administración intravenosa. En contraste, una píldora que se tome en casa reduciría la carga de trabajo a los hospitales y podría contribuir a frenar brotes en lugares pobres y remotos en el mundo que no han tenido acceso a terapias de infusión más caras.
“Esto nos permitiría atender a muchas más personas de manera mucho más rápida y, esperamos, mucho menos cara”, dijo el doctor William Shaffne, experto en enfermedades infecciosas en la Universidad de Vanderbilt, que no participó en la investigación.
Merck y su socio Ridgeback Biotherapeutics dijeron que los resultados preliminares mostraron que los pacientes que recibieron el medicamento, molnupiravir, en los primeros cinco días de presentar síntomas, tuvieron una tasa de hospitalización y muerte que fue de alrededor de la mitad de quienes recibieron el placebo.
En el estudio participaron 775 adultos con síntomas leves o moderados de COVID-19 que estaban considerados de alto riesgo para desarrollar un cuadro grave por problemas de salud previos como obesidad, diabetes o enfermedades cardiacas. Los resultados no están revisados aún por expertos externos, el procedimiento habitual para examinar las nuevas investigaciones médicas.
Entre los pacientes que tomaron molnupiravir, 7,3% fueron hospitalizados o fallecieron al cabo de 30 días en comparación con el 14,1% de los que tomaron la píldora placebo. Después de ese periodo, no hubo muertes entre quienes recibieron el medicamento en comparación con ocho en el grupo al que se suministró un placebo, según Merck.
Debido a la solidez de los resultados, un grupo independiente de expertos médicos que daba seguimiento al estudio recomendó que se le pusiera fin de manera anticipada.
Los directivos de la compañía dijeron que tienen planeado presentar la información a la FDA en los próximos días.
No obstante la novedad de un tratamiento nuevo y posiblemente efectivo, los expertos destacaron la importancia de las vacunas para controlar la pandemia, porque contribuyen a impedir la transmisión y además reducen la severidad de la enfermedad en las personas infectadas.
El coordinador en la Casa Blanca contra el coronavirus, Jeff Zients, dijo que la vacunación continuará siendo la principal estrategia del gobierno para controlar la pandemia.
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