Cuando la Policía colombiana dio de baja al capo Pablo Escobar en Medellín, su hija Manuela no tenía ni 10 años.
Hoy, 21 años después y con un nombre distinto, 'la princesa' del capo más temido de la historia de Colombia, rehace su vida en otro país.
Cuando era niña su padre le cumplía todo tipo de caprichos e incluso hay una historia que cuenta que Escobar le prometió que ella iba a ser la última de su linaje y que por eso no tuvo más hijos después de ella. Incluso, hizo abortar a una de sus concubinas para cumplir esa promesa.
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Su nuevo nombre es Juana Manuela Marroquín y vive junto a su madre María Victoria Henao y su hermano Juan Pablo Escobar (quienes también se cambiaron el nombre) en Argentina.
Poco se sabe hoy en día de Manuela pues, a diferencia de su madre y de su hermano, no ha concedido entrevistas a los medios de comunicación, pues ha intentado desligarse del legado de su padre.
Recientemente permitió que un periodista conviviera con ella y con su familia durante 20 días en su ciudad de residencia: Buenos Aires.
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La intención era escribir un libro sobre la nueva vida de los Escobar en Argentina, pero distintas condiciones y exigencias de la familia transformaron el ejercicio periodístico y el autor de la investigación, el escritor José Alejandro Castaño Hoyos, terminó publicando un libro llamado 'Cierra los ojos, princesa', frase que le decía Pablo Escobar a su hija.
La imagen de Juana Manuela sigue en el anónimato y solo se conoce una fotografía actual de ella.