Presuntos pandilleros asesinaron el miércoles a un soldado del ejército salvadoreño y a tres de sus familiares, en una zona rural al sur de la capital, en momentos en que el gobierno estudia implementar medidas extraordinarias para enfrentar la escalada de violencia de estos grupos.
Las autoridades confirmaron que el soldado del comando de fuerzas especiales de la fuerza armada Carlos Enrique Ramos fue asesinado cuando gozaba de licencia y visitaba a sus familiares en cantón La Esperanza, a 22 kilómetros al sureste la capital.
La Fiscalía General de la República identificó a las otras víctimas como José Adrián Ramos, Santos Alberto Ramos, y Santos Ramos Ramos, este último tío del militar.
La Policía informó que los cuerpos de las víctimas presentaban heridas producidas con machete y armas de fuego y que estaban atados de pies y manos. Se presume que el militar y sus familiares fueron asesinados por pandilleros del Barrio 18 que operan en la zona.
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Esta nueva matanza se produce en momentos que los tres poderes del Estado y el Fiscal General de la República estudian medidas extraordinarias para enfrentar a las pandillas que tienen presencia en barrios y colonias populares del país, pero que en los últimos años han extendido sus territorios a las zonas rurales donde han perpetrados varias matanzas.
La Policía ha reportado que en lo que va del año han registrado más de 1.537 homicidios, con un promedio de 23,3 muertes violentas diarias.
En lo que va de 2016, las pandillas han incrementado sus ataques contra elementos de la policía, militares y sus familias y en lo que va del año han asesinado a diez policías y cuatro soldados, en su mayoría cuando se encontraban con licencia. Las autoridades atribuyen a las pandillas haber asesinado en 2015 a 52 policías, 17 militares, seis guardias de centros penales y a un fiscal.
Las autoridades de Seguridad Pública sostienen que la mayoría de las víctimas de los homicidios son personas vinculadas con las estructuras criminales de las maras o pandillas, que han muerto al enfrentarse a las fuerzas de seguridad, han sido ajusticiados por sus mismos compañeros, o al enfrentarse a grupos rivales.