WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- El
presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, se dispone a revelar la noche del jueves sus planes para luchar contra el covid-19 y recuperar la economía, pero su ambiciosa agenda de los primeros 100 días ya se ve ensombrecida por el
inminente juicio en el Senado del mandatario saliente, Donald Trump.
El día después de que Trump fue acusado en la Cámara de Representantes, convirtiéndose en el primer presidente estadounidense en la historia sometido a un segundo juicio político, Biden espera hacer que el país mire hacia adelante nuevamente.
En una alocución en horario estelar, se espera que exponga su plan de acción ante la crisis, más desafiante incluso que la que enfrentó como vicepresidente de Barack Obama cuando asumió el cargo tras el colapso financiero de 2008.
La pandemia de covid-19 continúa alcanzando nuevos picos, el programa de vacunación está bajo presión y se teme que la recuperación económica del parón de 2020 pueda desacelerarse.
Biden, quien prestará juramento el 20 de enero, sostiene que su plan es atacar todo esto al mismo tiempo para dejar atrás uno de los períodos más oscuros de la historia de Estados Unidos.
Uno de los frentes será un tercer paquete de ayuda masiva por el covid-19 desde que comenzó la pandemia hace un año.
Esto puede incluir desembolsos de estímulo más directos, así como nuevos impuestos a los ricos y un aumento del salario mínimo.
Biden también promete apretar el acelerador a la campaña de vacunación con un llamativo eslogan que habla de 100 millones de inyecciones en los primeros 100 días; una tarea que parece difícil.
El demócrata llega a la Casa Blanca con una ventaja con la que apenas hace unas semanas no contaba: el control total del Congreso.
Dos sorpresivas victorias en la segunda vuelta de los dos escaños del Senado de Georgia dieron a los demócratas una justa mayoría en ambas cámaras.
De entrada, esto ayudará Biden a obtener con facilidad las confirmaciones de sus designados para formar parte del gabinete.
El comité de finanzas del Senado comenzará a analizar la nominación de Janet Yellen para secretaria del Tesoro el 19 de enero.
El miércoles, a solo una semana del final de su mandato, el republicano fue acusado de 'incitar a la insurrección' por alentar a una gran multitud de partidarios a marchar hacia el Congreso el 6 de enero.
Una turba, parte de esa gran concentración, asaltó el edificio del Capitolio y la asonada acabó con cinco muertos y un caos generalizado en la capital estadounidense.
En el escenario ideal para los demócratas, el Senado tendría que haber convocado en una sesión de emergencia para realizar un juicio relámpago antes del 20 de enero que finalmente desembocara en la destitución de Trump.
Pero el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, rechazó esa idea, diciendo que no había tiempo y que las prisas no permitirían un juicio justo para el presidente saliente.
A partir del 20 de enero, McConnell perderá su liderazgo, que recogerá el líder de la bancada demócrata, Chuck Schumer, quien promete seguir adelante.
Sin embargo, la declaración de McConnell en el sentido de que está abierto a la posibilidad de culpabilidad de Trump, lleva a pensar que podría terminar siendo condenado.
Si esto sucediera, una segunda mayoría simple de votos sería suficiente para impedirle que intente postularse a la presidencia en 2024.
Cualquiera que sea el resultado, Trump ha dicho estar dispuesto a permanecer en primera línea del escenario político en lugar de pasar a un segundo plano, como tradicionalmente lo hacen los expresidentes en este país.
En su primera declaración tras la acusación en el juicio político, Biden divulgó una petición cuidadosamente redactada el miércoles por la noche pidiendo al Senado que lo ayude a avanzar con la agenda de la nueva administración.
'Espero que el liderazgo del Senado encuentre una manera de lidiar con sus responsabilidades constitucionales en el juicio político mientras también trabaja en otros asuntos urgentes de esta nación', dijo Biden.
El día después de que Trump fue acusado en la Cámara de Representantes, convirtiéndose en el primer presidente estadounidense en la historia sometido a un segundo juicio político, Biden espera hacer que el país mire hacia adelante nuevamente.
En una alocución en horario estelar, se espera que exponga su plan de acción ante la crisis, más desafiante incluso que la que enfrentó como vicepresidente de Barack Obama cuando asumió el cargo tras el colapso financiero de 2008.
La pandemia de covid-19 continúa alcanzando nuevos picos, el programa de vacunación está bajo presión y se teme que la recuperación económica del parón de 2020 pueda desacelerarse.
Biden, quien prestará juramento el 20 de enero, sostiene que su plan es atacar todo esto al mismo tiempo para dejar atrás uno de los períodos más oscuros de la historia de Estados Unidos.
Uno de los frentes será un tercer paquete de ayuda masiva por el covid-19 desde que comenzó la pandemia hace un año.
Esto puede incluir desembolsos de estímulo más directos, así como nuevos impuestos a los ricos y un aumento del salario mínimo.
Biden también promete apretar el acelerador a la campaña de vacunación con un llamativo eslogan que habla de 100 millones de inyecciones en los primeros 100 días; una tarea que parece difícil.
El demócrata llega a la Casa Blanca con una ventaja con la que apenas hace unas semanas no contaba: el control total del Congreso.
Dos sorpresivas victorias en la segunda vuelta de los dos escaños del Senado de Georgia dieron a los demócratas una justa mayoría en ambas cámaras.
De entrada, esto ayudará Biden a obtener con facilidad las confirmaciones de sus designados para formar parte del gabinete.
El comité de finanzas del Senado comenzará a analizar la nominación de Janet Yellen para secretaria del Tesoro el 19 de enero.
Entre el 'impeachment' y la nueva administración
Pero el nuevo presidente también tendrá que lidiar con un Senado dividido casi en partes iguales que debe ocuparse del 'impeachment' de Trump.El miércoles, a solo una semana del final de su mandato, el republicano fue acusado de 'incitar a la insurrección' por alentar a una gran multitud de partidarios a marchar hacia el Congreso el 6 de enero.
Una turba, parte de esa gran concentración, asaltó el edificio del Capitolio y la asonada acabó con cinco muertos y un caos generalizado en la capital estadounidense.
En el escenario ideal para los demócratas, el Senado tendría que haber convocado en una sesión de emergencia para realizar un juicio relámpago antes del 20 de enero que finalmente desembocara en la destitución de Trump.
Pero el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, rechazó esa idea, diciendo que no había tiempo y que las prisas no permitirían un juicio justo para el presidente saliente.
A partir del 20 de enero, McConnell perderá su liderazgo, que recogerá el líder de la bancada demócrata, Chuck Schumer, quien promete seguir adelante.
Sin embargo, la declaración de McConnell en el sentido de que está abierto a la posibilidad de culpabilidad de Trump, lleva a pensar que podría terminar siendo condenado.
Si esto sucediera, una segunda mayoría simple de votos sería suficiente para impedirle que intente postularse a la presidencia en 2024.
Cualquiera que sea el resultado, Trump ha dicho estar dispuesto a permanecer en primera línea del escenario político en lugar de pasar a un segundo plano, como tradicionalmente lo hacen los expresidentes en este país.
En su primera declaración tras la acusación en el juicio político, Biden divulgó una petición cuidadosamente redactada el miércoles por la noche pidiendo al Senado que lo ayude a avanzar con la agenda de la nueva administración.
'Espero que el liderazgo del Senado encuentre una manera de lidiar con sus responsabilidades constitucionales en el juicio político mientras también trabaja en otros asuntos urgentes de esta nación', dijo Biden.