Nueva York, Estados Unidos
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, acusado de alentar las manifestaciones contra la violencia policial, pidió ayer a los neoyorquinos suspender las protestas y rendir homenaje a los dos policías asesinados el sábado.
Wenjian Liu, de 32 años, y Rafael Ramos, de 40, fueron asesinados a sangre fría a plena luz del día cuando se encontraban en su coche patrulla estacionado frente a un conjunto de viviendas sociales en Brooklyn, el sábado por la tarde.
Este drama se produjo tras varias semanas de fuertes manifestaciones para denunciar la violencia policial contra miembros de la comunidad negra de Estados Unidos, tras las recientes muertes de Michael Brown y Eric Garner.
De acuerdo a Bill Bratton, jefe de la policía neoyorquina, los agentes asesinados el sábado “no tuvieron tiempo de sacar sus armas y quizá ni siquiera pudieron ver a su agresor”.
Este último, identificado como Isamaaiyl Brinsley, de 28 años y con antecedentes penales, se suicidó poco después del crimen en un andén del metro.
Pero lo más impactante a los ojos de las fuerzas del orden es la violenta retórica antipolicía de Brinsley, atizada, según ellos, por Bill de Blasio.
El alcalde, que fue invitado por la policía a un almuerzo, declaró ayer que estos asesinatos son “un ataque contra la democracia, contra nuestros valores y contra cada neoyorquino”. Para intentar apaciguar los ánimos, pidió a los manifestantes suspender su movimiento de protesta hasta el entierro de los dos agentes.