El Congreso chileno aprobó este martes una nueva ley que reduce la jornada laboral de las empleadas domésticas, y prohíbe que les exijan el uso de uniforme en lugares públicos.
Por 106 votos a favor y uno en contra, la Cámara de Diputados aprobó el texto final de la norma, que disminuye de 72 a 45 el máximo de horas semanales trabajadas, y añade un tope de 15 horas extraordinarias a la semana.
Las empleadas domésticas descansarán de forma obligatoria los domingos y podrán fraccionar o sustituir el trabajo en los días sábados.
Para aquellas que viven con sus empleadores, el alojamiento y la alimentación no podrán ser descontados de su sueldo.
También se prohíbe la exigencia del uso de uniformes para empleadas domésticas en lugares públicos como forma de diferenciación.
'Es una gran noticia para el país, porque al fin nos estamos poniendo al día con un grupo de trabajadores y trabajadoras en sus condiciones laborales, estamos avanzando en darles condiciones de trabajo decentes y dignas', dijo la ministra del Trabajo, Javiera Blanco.
La norma beneficiará a unas 370.000 empleadas domésticas.