En los pasillos del hospital de Makased, decenas de jóvenes caminan con muletas o en sillas de ruedas. Algunos llevan vendajes, otros se hallan bajo perfusión intravenosa.
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Ezedine está en cama, con el ojo izquierdo cubierto con una gasa. Los médicos le dijeron al joven carpintero que no recuperará la vista. Él prefiere no dar su apellido porque cruzó ilegalmente la barrera que separa Cisjordania ocupada de Israel.
Resultó herido el viernes por balas de goma disparadas por la policía israelí.
Ese día se fue de su ciudad de Naplusa, en el norte de Cisjordania, rumbo a Jerusalén para rezar con miles de fieles en la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado del islam, con motivo del Ramadán.
Por la noche estallaron enfrentamientos entre los fieles y la policía israelí en la Ciudad Santa.
Los palestinos dispararon proyectiles contra las fuerzas de seguridad, que reaccionaron con granadas aturdidoras y balas de goma.
'Quieren tomar un lugar que no les pertenece', dice Ezedine, refiriéndose a la Explanada de las Mezquitas, llamada Noble Santuario por los musulmanes. Los judíos la denominan Monte del Templo y es su lugar más sagrado.
Desde el viernes, decenas de policías y unos 700 palestinos resultaron heridos en la explanada y otros lugares de Jerusalén Este, el sector palestino de la ciudad ocupada y anexionada por Israel ilegalmente según el derecho internacional.
Unos 100 heridos fueron ingresados al hospital de Makased el lunes, declaró a la AFP el director Adnane Farhud. La mayoría fueron alcanzados en la cabeza o el pecho, lo cual, según el médico, indica que las fuerzas israelíes tienen como objetivo causar lesiones graves.
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'Cuando quieres herir a alguien disparas a la cabeza', declara, insistiendo en que es el peor estallido de violencia en la Ciudad Vieja en años.
En otras zonas de Jerusalén Este, la Media Luna Roja palestina estableció un hospital de campaña y el hospital Augusta Victoria abrió una sala de emergencias.
'Todo el mundo'
El lunes por la mañana se produjeron más enfrentamientos en la Explanada cuando cientos de palestinos lanzaron proyectiles contra las fuerzas israelíes apostadas en ese lugar, que alberga la Cúpula de la Roca y la Mezquita Al Aqsa.Las fuerzas israelíes respondieron con balas de goma, gases lacrimógenos y granadas aturdidoras, una de las cuales alcanzó a Siraj, de 24 años, en las piernas.
En silla de ruedas, el joven palestino, que viste pantalones tejanos, dice que fue directamente de la obra donde trabaja a la mezquita Al Aqsa para la oración matutina.
Allí 'disparaban a todo el mundo, jóvenes, viejos', cuenta a la AFP. 'Lanzaron una granada aturdidora hacia el lugar donde yo estaba'.
'Espero que disminuya el dolor', comenta Siraj, que afirma que los israelíes 'provocan a los jóvenes' palestinos.
La policía asegura que se limita a responder a los proyectiles y a las provocaciones de los manifestantes. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, alabó la 'firmeza' de las fuerzas de seguridad para garantizar la 'estabilidad' en Jerusalén.
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Delante del hospital Makased, los jóvenes bloquearon por la tarde la carretera con contenedores de basura para intentar impedir el acceso a la policía, que a unos metros de distancia, les lanzó agua pútrida para dispersarlos.