'Hace dos meses que tengo conversaciones discretas con miembros del Congreso. Estoy harto de estar en silencio' ante el bloqueo de la oposición republicana de dos proyectos de ley cruciales, afirmó el presidente estadounidense en Georgia, un estado que calificó de 'cuna' de la lucha por los derechos civiles.
En un discurso lleno de referencias a este combate liderado, entre otros, por Martin Luther King en la década de 1960, Joe Biden declaró: 'Hoy lo digo claramente para proteger la democracia: apoyo un cambio en las reglas del Senado, el que sea, para impedir que una minoría de senadores bloquee el avance en el acceso al derecho de voto'.
'Cada miembro del Senado será juzgado por la historia', independientemente del partido al que pertenezca, añadió.
'La historia nunca ha sido indulgente con quienes se pusieron del lado de restringir el acceso al voto. Ni con quienes se pusieron del lado de la subversión de las elecciones', advirtió Joe Biden, quien habló en Atlanta ante estudiantes de universidades históricamente vinculadas a la comunidad afroamericana.
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La vicepresidenta Kamala Harris ya había advertido que no hay que ser 'complaciente' o 'cómplice' ante las reformas electorales adoptadas o previstas en varios estados conservadores del sur de Estados Unidos.
Las asociaciones de defensa de los derechos civiles afirman que estas reformas complican el acceso a las urnas para las minorías, consideradas más favorables a los demócratas, y aumentan el control de las autoridades locales sobre las operaciones de votación.
Para contrarrestar estas reformas, los demócratas quieren adoptar dos leyes que armonicen las condiciones de derecho al voto en Estados Unidos. Pero se topan con una regla del Senado que requiere 60 votos de 100. Los demócratas cuentan con 50 pero, de no ser por esta norma, podrían inclinar la balanza a su favor con el voto de la vicepresidenta Kamala Harris.
El Partido Republicano, bajo fuerte influencia del expresidente Donald Trump, quien acusa sin pruebas que hubo fraude en las últimas elecciones presidenciales, rechaza en bloque la reforma, así que los demócratas deben esquivar esta supuesta regla, conocida como filibusterismo u obstruccionismo parlamentario.