WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.-El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantuvo el martes la presión sobre Moscú ante el riesgo de un ataque ruso a Ucrania, algo que sigue considerando “una gran posibilidad”, pero apostó a la diplomacia para resolver la crisis.
El inicio de la retirada de fuerzas rusas concentradas desde hace varios meses en las fronteras ucranianas, anunciado más temprano por Moscú, “sería positivo”, afirmó Biden en un breve discurso desde la Casa Blanca.
Pero Estados Unidos “aún no ha verificado por ahora” su implementación, señaló.
Estas tropas, que estimó en “más de 150.000”, por encima de las 100.000 mencionadas hasta ahora por los estadounidenses, permanecen en “una posición amenazante” alrededor de Ucrania, del lado ruso o en Bielorrusia, se lamentó Biden.
“Estados Unidos está preparado pase lo que pase. Estamos listos con la diplomacia”, dijo.
“Y estamos listos para responder con decisión al ataque ruso contra Ucrania, que todavía es una gran posibilidad”, advirtió.
Más temprano, el ministerio de Defensa de ruso dijo que algunos soldados y equipos abandonarían la región fronteriza para regresar a sus bases al final de los ejercicios planificados.
- “Retirada parcial” -
El mandatario ruso, Vladimir Putin, confirmó la “retirada parcial de tropas”, al asegurar el martes que “por supuesto” Rusia no quiere la guerra y que está dispuesto a buscar soluciones con los países occidentales.
“Estamos listos para seguir trabajando juntos. Estamos listos para emprender el camino de las negociaciones”, expresó Putin en una conferencia de prensa conjunta con el canciller alemán, Olaf Scholz, tras una reunión en Moscú.
Scholz saludó el anuncio de esta retirada parcial como “una buena señal”, y consideró que “hay suficientes bases de discusión” con Rusia “para que las cosas evolucionen positivamente”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, también calificó esto de “primera señal positiva”, durante una conversación telefónica con Biden, al tiempo que coincidió con Biden en la necesidad de “verificar” este inicio de retirada, según París.
De su lado, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, también pidió el martes a su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, una “desescalada verificable, creíble y significativa”, durante una conversación telefónica.
Rusia, por otra parte, continúa con importantes maniobras en Bielorrusia, el vecino prorruso de Ucrania, hasta el 20 de febrero.
- “No está en la agenda”-
Putin reiteró que la expansión de la OTAN y la aspiración de Ucrania de formar parte de la alianza constituyen una amenaza para Rusia.
“Hay un hecho: el ingreso de Ucrania en la OTAN no está en la agenda”, respondió sin embargo el alemán Scholz. “Todos tienen que dar un paso atrás y darse cuenta de que no podemos tener un conflicto militar por una cuestión que no está en la agenda”, subrayó.
Estados Unidos, que sigue esgrimiendo el fantasma de una invasión rusa a Ucrania que podría ocurrir “en cualquier momento”, mantuvo la presión sobre la potencia rival.
Las sanciones occidentales contra Rusia en caso de una ofensiva militar “están listas”, advirtió Biden, prometiendo una respuesta “decidida”.
Estas “poderosas” medidas punitivas ejercerán “presión sobre sus instituciones financieras más grandes e importantes y sobre industrias clave”, precisó el presidente estadounidense. También reafirmó que el controvertido gasoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania nunca entraría en funcionamiento en caso de un ataque ruso.
Biden también adelantó que está “listo para responder” a cualquier “ataque asimétrico” contra Estados Unidos o sus aliados de la OTAN, incluyendo en particular ataques cibernéticos.
Pero el presidente, que habló directamente con Putin el sábado, puntualizó que había “formas reales” de abordar las preocupaciones de seguridad de ambas partes.
“Hay que darle todas las oportunidades a la diplomacia”, dijo.
En paralelo, el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, se reunió con Jakub Kumoch, consejero del presidente polaco, para conversar sobre Ucrania y la “coordinación transatlántica” en materia de “defensa y disuasión”, según la Casa Blanca.
- “Diálogo pragmático” -
Por su parte, Lavrov llamó a su homólogo Blinken a un “diálogo pragmático” al tiempo que denunció la “retórica agresiva utilizada por Washington”.
Moscú, que niega querer invadir Ucrania, deplora el rechazo de los países occidentales a sus principales demandas: el fin de la política de ampliación de la Alianza, el compromiso de no desplegar ofensivas armamentísticas cerca del territorio ruso y la retirada de la infraestructura de la OTAN de Europa del Este.
Para Putin, estas cuestiones y sus exigencias deben ser parte del mismo “paquete” de negociaciones.
Un ataque informático dirigido a obras de infraestructura estratégica ucraniana para perturbar a las autoridades es uno de los escenarios mencionados como presagio de una ofensiva militar clásica.
Al mismo tiempo, el Parlamento ruso pidió al presidente Putin que reconozca la independencia de los territorios disidentes en el este de Ucrania.
“Este reconocimiento sería una clara violación de los acuerdos de Minsk”, firmados bajo la mediación franco-alemana y que prevén la eventual devolución de estos territorios al control de Kiev, advirtió de inmediato el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.