El acusado no corría el riesgo de recibir una cadena perpetua íntegra porque en el momento de los hechos tenía menos de 21 años.
En marzo , Hashem Abedi, de 23 años, fue declarado culpable por un tribunal criminal de la muerte de 22 personas, entre ellas un niño y varios adolescentes, en este atentado, reivindicado por el Estado Islámico y que se produjo en el exterior de una sala donde acababa de cantar la estrella estadounidense Ariana Grande.
Conducido ante el tribunal desde la prisión de alta seguridad de Belmarsh, el acusado se negó a entrar en la sala donde se emitió el veredicto y en la que estaban presentes allegados de las víctimas.
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El acusado tampoco estaba representado legalmente ya que había decidido prescindir de sus abogados.
Cuando su hermano Salman accionó la bomba que cargaba consigo el 22 de mayo de 2017 en Manchester, en el norte de Inglaterra, Hashem Abedi se encontraba a miles de kilómetros del lugar del ataque, en Libia, su país de origen, al que se marchó un mes antes del atentado.
Fue detenido en julio de 2019 a su llegada a Londres, tras haber sido extraditado.