El debate continuó sobre las propuestas de la oposición de que podrían preservarse algunos fideicomisos. Pero el presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena lograron aprobar la iniciativa con una votación de 242 a favor y 178 en contra.
El tema ha provocado un debate más enconado que cualquier otra de las iniciativas de López Obrador desde que asumió el cargo hace casi dos años.
En conjunto, los fideicomisos gestionan casi 3.200 millones de dólares en fondos gubernamentales para la investigación, salud, deporte y proyectos educativos, incluido uno que financia la protección a periodistas amenazados.
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López Obrador y su partido señalaron que el financiamiento para esos proyectos está garantizado, pero que los fideicomisos eran un desperdicio y estaban fuera de control.
Los partidos de oposición y grupos cívicos dijeron que el valor de los fondos radica precisamente en su independencia. Aseveraron que, con los cambios aprobados el martes, todos los proyectos tendrían que depender de los votos del presupuesto anual, una modificación que los haría más dependientes del presidente o de los caprichos políticos.
López Obrador es conocido por su austeridad personal y su aversión al despilfarro, pero también ha sido acusado de asumir demasiado control personal del gobierno y de desdeñar los sistemas de control y equilibrio, a los grupos cívicos y otros límites de su cargo.
El presidente dijo el martes que hay “fideicomisos para todo, con aparatos burocráticos, muchos de ellos, en donde se queda el dinero, no le llega el apoyo a la gente”.
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Una vez que se eliminen los fideicomisos, señaló, su gobierno va a “recoger todos esos recursos y entregarlos, nadie se va a quedar sin apoyo. Si de esos fideicomisos dependen los deportistas de alto rendimiento, pues no tienen ninguna preocupación porque les va a seguir llegando su apoyo; si de esos fideicomisos depende un artista que recibe una beca, pues no va a tener problemas; un cineasta, un escritor, según de lo que se trate'.
A pesar de esas garantías, grupos de científicos, cineastas, escritores y artistas de renombre han expresado su oposición a los cambios.
