HAAD RIN, TAILANDIA.-Daniel Sancho, hijo del reconocido actor español Rodolfo Sancho, confesó por qué tomó la decisión de asesinar al cirujano colombiano Edwin Arrieta Arteaga.
De acuerdo con sus declaraciones ante las autoridades, él lo mató porque se sentía como su rehén.
“Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal, pero era una jaula”, mencionó.
Agregó: “Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho”.
De acuerdo con su declaración no se sintió forzado a declararse culpable durante la interrogación, ya que “sentí que tampoco tenía ninguna otra opción. Me tomaron pruebas de ADN y eso es todo. Eso es todo”.
No eran pareja
Sancho aseguró que él nunca tuvo una relación con Arrieta y declaró que era él quien vivía obsesionado con él.
“Él estaba obsesionado conmigo. Me engañó, me hizo creer que lo que quería era hacer negocios conmigo, meter dinero en la empresa de la que soy socio”, dijo.
Además dijo: “Quería que que hiciéramos cosas juntos, que fuéramos a México, Chile, Colombia, a abrir un restaurante. Pero era todo mentira. Lo único que quería era a mí, que fuera su novio”.
Hechos
“Lo admitió”, dijo a AFP Panya Niratimanon, el jefe de policía de Koh Pha Ngan, y agregó que la investigación está en curso.
“La víctima y el sospechoso se conocían antes de venir a Tailandia, y sus dudosas actividades indican que podía asesinar a la víctima”, dijo Panya.
El sospechoso trabaja como chef, según informes de prensa.
Las fotos del sospechoso parecen coincidir con las imágenes de la cuenta de Instagram de Daniel Sancho, que también sigue la cuenta de la víctima. Además, su cuenta de Instagram fue previamente etiquetada en las publicaciones de Rodolfo Sancho.
Ni la embajada española en Bangkok, ni Rodolfo Sancho, ni su agente han respondido a las solicitudes de comentarios de AFP.
Tailandia es un país relativamente seguro, donde los crímenes violentos son raros.
Koh Pha Ngan es famosa por sus playas de arena blanca y atrae a miles de mochileros a sus salvajes fiestas de “luna llena”.
En 2014, otra isla turística, Koh Tao, fue el escenario del asesinato de dos jóvenes mochileros británicos.
Dos ciudadanos birmanos están cumpliendo sentencias de cadena perpetua por estos hechos, pero los grupos de derechos humanos acusaron a las autoridades tailandesas de utilizar a los hombres como chivos expiatorios.