'Apareció un caso que dio positivo de un empleado. Ahora estamos retirando a 25 contagiados de los 40 residentes, aunque están asintomáticos', dijo un médico en la puerta del asilo en el barrio residencial de clase media de la Recoleta.
Numerosas ambulancias del servicio de urgencia de la ciudad bloqueaban el tránsito sobre la calle en momentos en que los ancianos salían llevados en camillas.
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Los restantes 15 residentes también serán llevados para ser sometidos a test y atendidos en institutos privados adheridos a sus respectivos seguros de salud, según fuentes sanitarias.
Desde que se produjo el primer caso de la pandemia en Argentina, el 4 de marzo, la estadística oficial registra 5,195 casos, 273 muertos y 1,601 recuperados.
Los epidemiólogos e infectólogos que asesoran al gobierno afirman que los geriátricos, las cárceles y los asentamientos de la capital argentina y su periferia son los focos potencialmente más peligrosos de contagios masivos.
Otras residencias de ancianos fueron intervenidas o cerradas desde que llegó la epidemia al país, con un balance de numerosos muertos y hospitalizados.