El presidente estadounidense Donald Trump amenazó el viernes con vetar la ley de presupuesto aprobada en la madrugada, molesto porque la norma no contempla sus planteos sobre inmigración: solución para jóvenes inmigrantes indocumentados y fondos para el muro fronterizo con México.
En un tuit, Trump dijo que evalúa el veto porque la ley prevé financiación insuficiente para el muro y omite abordar la situación de cientos de miles de jóvenes inmigrantes indocumentados que se encuentran en un limbo legal desde que él mismo canceló el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), creado por su antecesor Barack Obama.
'Estoy considerando un VETO de la ley de presupuesto basado en el hecho de que los más de 800.000 destinatarios de DACA han sido totalmente abandonados por los demócratas (ni siquiera se mencionan en la ley) y el MURO FRONTERIZO, que se necesita desesperadamente para nuestra defensa nacional, no está totalmente financiado', escribió el mandatario en Twitter.
La Casa Blanca reconoció el jueves que la ley no cumple con todos los deseos de Trump, pero dijo que el presidente estaba listo para firmarla. '¿Es una ley perfecta? No. ¿Es exactamente lo que esperábamos? No', admitió el director de presupuesto, Mick Mulvaney.
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La ley fue negociada durante semanas por la mayoría republicana y la oposición demócrata del Congreso. El presupuesto aprobado, de casi 1,3 billones de dólares, permitirá el funcionamiento del Estado federal hasta el final del año presupuestario actual, es decir, hasta el 30 de septiembre.
Si Trump no la promulga el viernes, el Estado federal dejará de estar legalmente financiado a partir de la medianoche y se verá obligado a cerrar parcialmente, en lo que sería el tercer 'shutdown' (cierre) del año.
La amenaza presidencial es aún más sorprendente ya que la mayoría de los legisladores se fueron de Washington el jueves por la noche, o se preparaban para hacerlo el viernes por la mañana, para un receso de dos semanas.
Tanto Trump como los republicanos y los demócratas en el Congreso han buscado durante meses un compromiso para regularizar a cientos de miles de inmigrantes ilegales, conocidos como 'dreamers' y la gran mayoría de origen latinoamericano, a cambio de endurecer la política migratoria y de financiar la construcción del alto muro de cemento en la frontera con México.
Pero fue imposible alcanzar un acuerdo, y finalmente Trump solo consigguió 1.600 millones de dólares para construir cercas o renovar algunas decenas de kilómetros de los 25.000 millones que había pedido inicialmente.