WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- En una insólita reunión en la
Oficina Oval televisada al mundo entero, un exasperado Donald Trump exigió el martes a los líderes de la oposición en el Congreso fondos para construir
el muro fronterizo con México, promesa insigne de su carrera a la
Casa Blanca.
Trump, que demanda 5.000 millones de dólares para su polémico proyecto, aseguró que el muro se construirá 'de una manera u otra' porque el país 'lo necesita', y amenazó con dejar sin financiamiento a muchas dependencias del gobierno en caso de no obtener el dinero suficiente.
'Estoy orgulloso de cerrar el gobierno por la seguridad de la frontera', afirmó.
La cita con Chuck Schumer, el principal demócrata en el Senado dominado por los republicanos, y Nancy Pelosi, quien probablemente asuma en enero como presidente de la Cámara de Representantes, marcó el inicio de duras negociaciones sobre la ley de presupuesto que debe aprobarse antes del 21 de diciembre.
El fracaso de estas conversaciones llevaría a un 'cierre' parcial del gobierno en vísperas de las vacaciones de fin de año, esto es, la parálisis de algunas administraciones por falta de fondos.
Los republicanos son actualmente mayoría en el Congreso. Pero una ley de presupuesto debe ser aprobada por 60 votos en el Senado, donde el oficialismo cuenta con 51 de los 100 escaños.
'No debemos cerrar el gobierno por una disputa', insistió Schumer, quien al salir de la Casa Blanca deploró el 'berrinche' del presidente y el potencial daño a mucha gente.
Según medios estadounidenses, Pelosi le dijo luego a sus colegas demócratas que la obsesión de Trump con el muro era como 'una cuestión de virilidad' para él. 'Estaba tratando de ser la mamá', dijo sobre su papel durante la reunión, que describió como 'muy loca'.
Trump más tarde minimizó lo ocurrido, diciendo que la cita había sido 'muy amistosa' y que los respeta a ambos.
'Muchos Pinochos'
En la reunión, a la que también asistió, impasible, el vicepresidente Mike Pence, Trump se ufanó de estadísticas que leyó de tarjetas ayuda memoria, buscando probar el éxito de barreras físicas instaladas en algunos tramos en la frontera de 3.200 km con México.
'Ha sido muy efectivo', dijo.
Pero Pelosi lo cuestionó. 'Lo que el presidente está mostrando con sus tarjetas no son hechos. Debemos tener una conversación basada en la evidencia sobre qué es lo que funciona y cuánto dinero se ha gastado y qué tan efectivo es', dijo.
Schumer no se quedó atrás. 'Tenemos muchos desacuerdos', dijo, recordando que lo que Trump ha dicho sobre el muro le valió 'muchos Pinochos' del Washington Post, la clasificación inspirada en la repetición de afirmaciones falsas del mandatario.
Trump, notoriamente irritado, apeló a la ironía cuando Pelosi dijo que no creía que el debate debiera tener lugar frente a la prensa. 'No está mal, Nancy, se llama transparencia', dijo.
'No es transparencia cuando no estamos configurando un conjunto de hechos y queremos discutir los hechos', replicó la influyente senadora.
Trump había arremetido contra los demócratas horas antes de la esperada cita con Schumer y Pelosi, amenazando en Twitter con ordenar al ejército levantar el muro si fuera necesario.
'El muro se construirá (...) Si los demócratas no nos dan los votos para proteger a nuestro país, el ejército construirá las secciones restantes del muro', agregó.
'Emergencia nacional'
'No quieren seguridad fronteriza. Quieren fronteras abiertas para que cualquiera pueda entrar. Esto trae crimen y enfermedad a gran escala', dijo.
En la Oficina Oval, el mandatario reiteró su discurso del miedo a los inmigrantes, leitmotiv de sus actos de campaña para las elecciones de mitad de mandato de noviembre.
'La seguridad fronteriza es extremadamente importante. Tenemos que cuidar la seguridad fronteriza cuando observamos lo que sucedió con las caravanas', dijo Trump.
Miles de centroamericanos, la mayoría hondureños, iniciaron a mediados de octubre travesías hacia Estados Unidos, huyendo de la pobreza y la violencia en sus países.
Buena parte de los migrantes, que llegaron a sumar unos 7.000 según la ONU, se encuentra actualmente en Tijuana, ciudad mexicana fronteriza con Estados Unidos, con la esperanza de asilarse en ese país pese a que Trump los considera una 'invasión'.
'Esta es una emergencia nacional. Pasan drogas y personas con tremendos problemas médicos, en muchos casos contagiosos. Están inundando nuestro país. Tenemos que tener seguridad fronteriza. Tenemos que tener un muro como parte de la seguridad fronteriza', insistió Trump ante Pelosi y Schumer.
Trump, que demanda 5.000 millones de dólares para su polémico proyecto, aseguró que el muro se construirá 'de una manera u otra' porque el país 'lo necesita', y amenazó con dejar sin financiamiento a muchas dependencias del gobierno en caso de no obtener el dinero suficiente.
'Estoy orgulloso de cerrar el gobierno por la seguridad de la frontera', afirmó.
La cita con Chuck Schumer, el principal demócrata en el Senado dominado por los republicanos, y Nancy Pelosi, quien probablemente asuma en enero como presidente de la Cámara de Representantes, marcó el inicio de duras negociaciones sobre la ley de presupuesto que debe aprobarse antes del 21 de diciembre.
El fracaso de estas conversaciones llevaría a un 'cierre' parcial del gobierno en vísperas de las vacaciones de fin de año, esto es, la parálisis de algunas administraciones por falta de fondos.
Los republicanos son actualmente mayoría en el Congreso. Pero una ley de presupuesto debe ser aprobada por 60 votos en el Senado, donde el oficialismo cuenta con 51 de los 100 escaños.
'No debemos cerrar el gobierno por una disputa', insistió Schumer, quien al salir de la Casa Blanca deploró el 'berrinche' del presidente y el potencial daño a mucha gente.
Según medios estadounidenses, Pelosi le dijo luego a sus colegas demócratas que la obsesión de Trump con el muro era como 'una cuestión de virilidad' para él. 'Estaba tratando de ser la mamá', dijo sobre su papel durante la reunión, que describió como 'muy loca'.
Trump más tarde minimizó lo ocurrido, diciendo que la cita había sido 'muy amistosa' y que los respeta a ambos.
'Muchos Pinochos'
En la reunión, a la que también asistió, impasible, el vicepresidente Mike Pence, Trump se ufanó de estadísticas que leyó de tarjetas ayuda memoria, buscando probar el éxito de barreras físicas instaladas en algunos tramos en la frontera de 3.200 km con México.
'Ha sido muy efectivo', dijo.
Pero Pelosi lo cuestionó. 'Lo que el presidente está mostrando con sus tarjetas no son hechos. Debemos tener una conversación basada en la evidencia sobre qué es lo que funciona y cuánto dinero se ha gastado y qué tan efectivo es', dijo.
Schumer no se quedó atrás. 'Tenemos muchos desacuerdos', dijo, recordando que lo que Trump ha dicho sobre el muro le valió 'muchos Pinochos' del Washington Post, la clasificación inspirada en la repetición de afirmaciones falsas del mandatario.
Trump, notoriamente irritado, apeló a la ironía cuando Pelosi dijo que no creía que el debate debiera tener lugar frente a la prensa. 'No está mal, Nancy, se llama transparencia', dijo.
'No es transparencia cuando no estamos configurando un conjunto de hechos y queremos discutir los hechos', replicó la influyente senadora.
Trump había arremetido contra los demócratas horas antes de la esperada cita con Schumer y Pelosi, amenazando en Twitter con ordenar al ejército levantar el muro si fuera necesario.
'El muro se construirá (...) Si los demócratas no nos dan los votos para proteger a nuestro país, el ejército construirá las secciones restantes del muro', agregó.
'Emergencia nacional'
'No quieren seguridad fronteriza. Quieren fronteras abiertas para que cualquiera pueda entrar. Esto trae crimen y enfermedad a gran escala', dijo.
En la Oficina Oval, el mandatario reiteró su discurso del miedo a los inmigrantes, leitmotiv de sus actos de campaña para las elecciones de mitad de mandato de noviembre.
'La seguridad fronteriza es extremadamente importante. Tenemos que cuidar la seguridad fronteriza cuando observamos lo que sucedió con las caravanas', dijo Trump.
Miles de centroamericanos, la mayoría hondureños, iniciaron a mediados de octubre travesías hacia Estados Unidos, huyendo de la pobreza y la violencia en sus países.
Buena parte de los migrantes, que llegaron a sumar unos 7.000 según la ONU, se encuentra actualmente en Tijuana, ciudad mexicana fronteriza con Estados Unidos, con la esperanza de asilarse en ese país pese a que Trump los considera una 'invasión'.
'Esta es una emergencia nacional. Pasan drogas y personas con tremendos problemas médicos, en muchos casos contagiosos. Están inundando nuestro país. Tenemos que tener seguridad fronteriza. Tenemos que tener un muro como parte de la seguridad fronteriza', insistió Trump ante Pelosi y Schumer.