NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- El expresidente estadounidense Donald Trump se fue el miércoles sin decir una palabra después de seis horas de audiencia con la fiscal general del estado de Nueva York, en el marco de una investigación civil por sospechas de fraude financiero en el negocio familiar.
El convoy de vehículos negros que transportaba a Trump partió de la zona de Bajo Manhattan bajo la mirada de periodistas, simpatizantes y curiosos armados con sus teléfonos móviles. Mientras la caravana se alejaba, el exmandatario saludó tras los vidrios ahumados.
Trump, que llegó a la oficina de la fiscal general de Nueva York, Letitia James, indicó en su red social que no tenía otra alternativa que invocar la famosa Quinta Enmienda a la Constitución estadounidense, que autoriza a no testificar contra uno mismo.
“Me negué a responder las preguntas en virtud de los derechos y prerrogativas otorgados a todos los ciudadanos por la Constitución de Estados Unidos”, afirmó el expresidente en un comunicado aparentemente emitido después de que comenzara la comparecencia, y agregó que siguió el consejo de su asesor legal.
“Una vez pregunté: ‘Si uno es inocente, ¿por qué invoca la Quinta Enmienda?’ Ahora sé la respuesta a esa pregunta”, continuó.
“Cuando tu familia, tu empresa y todas las personas en tu entorno se han convertido en el objetivo de una Caza de Brujas infundada y políticamente motivada apoyada por abogados, fiscales y medios de comunicación falsos, no se tiene otra opción”, dijo.
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El 45º presidente estadounidense es objeto desde 2019 -junto con dos de sus hijos, Donald Jr.e Ivanka- de una investigación civil en el estado de Nueva York.
La pesquisa sobre las prácticas de la Organización Trump se iniciaron tras el explosivo testimonio en el Congreso en Washington de uno de los exabogados personales de Donald Trump, Michael Cohen, alegando valoraciones fraudulentas --al alza o a la baja-- de activos dentro de la grupo empresarial, para obtener préstamos, reducciones de impuestos o mejores compensaciones de seguros.
James aseguró en enero haber “descubierto pruebas significativas que sugieren que Donald Trump y la Organización Trump valoraron de forma falsa y fraudulenta una serie de activos”, en particular campos de golf o el apartamento triplex del multimillonario estadounidense, ubicado en la Torre Trump en Nueva York.
Estas acusaciones fueron desestimadas por los abogados de Trump.
La audiencia del miércoles se produjo dos días después de un registro sin precedentes de la mansión Mar-a-Lago de Trump en Florida por parte del Buró Federal de Investigaciones (FBI, policía federal), que desató la indignación entre los republicanos.
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