Sin embargo, los soldados al servicio del régimen norcoreano viven una dramática situación, sufriendo las consecuencias del colapso económico de la enigmática nación asiática, en donde el estado cada vez está más empecinado en el gasto desproporcionado en pruebas de misiles.
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Pero no solamente los uniformados son víctimas de esta agonía, sino que la población en general está viendo cómo las raciones de comida cada vez son más pequeñas, por lo que el régimen está desesperado luchando para que no se convierta en un verdadero desastre humanitario.
En las últimas horas, funcionarios de la dictadura comenzaron a construir instalaciones de riego en la provincia de Chagang, con el fin de mejorar el suministro de agua en las granjas locales, en donde las fuertes sequías golpearon severamente la producción de alimentos.
De hecho, el propio Kim Jong-Un exhortó a la población norcoreana a sembrar por su propia cuenta para combatir la escasez de alimentos y que por lo menos cultiven arroz de maíz.
En los últimos cinco meses los trabajadores de las fábricas de municiones y las unidades militares de Chagang apenas recibieron raciones de comida suficientes para 15 días al mes, por lo que solo pudieron comer una vez cada 24 horas.
Esta provincia es clave para la industria militar norcoreana, pues ahí operan la fábrica de tractores, maquinaria de alta precisión y una fábrica de maquinaria. Cabe mencionar que el hermetismo que se vive en esta región es tal que Kim Jong-Un ordenó que nadie puede entrar o salir de Changang para evitar la filtración de información.
De acuerdo con un informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, al menos 10 millones de norcoreanos sufren de la falta de alimentos.
Una fuente cercana al régimen de Pyongyang reveló a un diario de Seúl que en los últimos cinco meses, trabajadores de fábricas de municiones, agencias espaciales y unidades militares a penas comen una vez al día , mientras que a los lugareños se les ordena ir a trabajar sin importar lo que pase.
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Las pruebas de misiles continuarán
Pese a la hambruna que se vive en Corea del Norte, Kim Jong-Un no piensa dar marcha atrás a las pruebas de misiles balísticos y de hecho Corea del Sur asegura que sus vecinos del norte están preparando el lanzamiento de un misil balístico desde un submarino en una instalación de mantenimiento en el Astillero Sinpo.Anteriormente, el nominado a presidente del Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur, Won In-choul, declaró ante el Comité de Defensa Nacional de la Asamblea Nacional que Kim Jong-Un ordenó la reparación de los daños que sufrió el astillero por los tifones recientes y posteriormente estarán realizando las pruebas balísticas desde esa instalación.
El líder norcoreano tiene claro que pese al hambre que sufren sus tropas y la población civil quiere poner en jaque el frágil equilibrio que se vive en la península coreana y en esa región asiática.
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De acuerdo con unas imágenes satelitales tomadas sobre Corea del Norte, se muestra una intensa actividad en el principal centro de desarrollo de submarinos, lo que ha aumentado las sospechas de que Pyongyang estará realizando ejercicios militares en los próximos días.